La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está empleando un tacto diplomático que no dice nada sobre su política exterior en lo que respecta a Palestina, aparte de que está haciendo todo lo posible para alinearse con el consenso internacional sobre el compromiso de dos estados, mientras que no hace nada para revertir el legado venenoso del predecesor de Biden, Donald Trump.
No hay planes para visitar los asentamientos de Israel, dijo la semana pasada el nuevo embajador de Estados Unidos en Israel, Tom Nides. "Porque al igual que pido tanto a los palestinos como a los israelíes que no tomen medidas que inflamen la situación, no quiero hacer cosas intencionadamente que creen falta de respeto o ira entre la gente", explicó. Este débil intento de representar un grado de paridad entre los palestinos -el pueblo ocupado- e Israel -el Estado de ocupación- apenas disimula el hecho de que Estados Unidos está tratando de apaciguar a los palestinos ofreciéndoles un gesto simbólico, al tiempo que indica explícitamente que se abstendrá de molestar a Israel y al nuevo statu quo que ha creado.
"Cuando se trata de Israel, no tengo ninguna ideología", declaró Nides. "Lo único que me importa es que Israel siga siendo un Estado fuerte, democrático y judío". Esta afirmación de no tener ideología le viene bien a Israel, pero es totalmente falsa. El uso por parte del embajador de las palabras "seguirá siendo" y la retórica que siguió, es una prueba más de que Estados Unidos y el propio Nides apoyan el colonialismo de los colonos y el apartheid de Israel en la Palestina ocupada. ¿Qué puede ser más ideológico que eso?
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Las ambiciones de Nides son particularmente discretas en cuanto a su objetivo personal. Explicó que consideraría su función un éxito "si consigue mantener vivas las perspectivas de una solución de dos Estados". Lo siento, embajador, pero la comunidad internacional ya lo ha hecho, inmediatamente después de que la "solución" fuera declarada obsoleta incluso por el Cuarteto de Oriente Medio. Es ilusorio pensar que el compromiso de los dos Estados pueda aplicarse ahora, dado el tamaño y la extensión de los asentamientos ilegales de Israel, pero nada impide a los diplomáticos hablar de hipotéticas "perspectivas", lo que a su vez les permite apoyar la expansión colonial de Israel mientras promueven la ilusión de la construcción del Estado con la Autoridad Palestina.
Además, el razonamiento de Nides para su postura de dos Estados revela lo pro-israelí que es toda la farsa. "Mi apoyo a la solución de dos Estados -una solución que, por supuesto, apoya el presidente Biden-, mi apoyo al bienestar del pueblo palestino, todo ello se deriva de la creencia de que Israel saldrá fortalecido de esta manera", explicó.
En pocas palabras, está promoviendo el concepto de que la preocupación por el bienestar del pueblo palestino -significativamente, no se menciona la autonomía palestina- no significa nada si no juega directamente con las demandas de Israel. Y el actual aprieto en el que se encuentran los palestinos se enfrenta a un complot estadounidense-israelí-PA que mantiene a Mahmoud Abbas al frente, en beneficio de Israel, por supuesto, mientras que al pueblo se le otorgan algunas concesiones para evitar las repercusiones de décadas de descontento como resultado de la privación de sus legítimos derechos políticos.
¿Un diplomático sin ideología? Las declaraciones de Nides disipan tal concepto. Hubiera sido mucho más honesto que afirmara que Estados Unidos hará todo lo posible por hacer esperar a los palestinos, lo que solo beneficiará a Israel y a la AP. Biden fue elegido para desbancar a Trump, y la AP fue presa del sentimiento estadounidense en la materia. Sin embargo, la administración de Biden está demostrando ser muy reacia a expulsar el legado de Trump de su diplomacia, lo que es totalmente perjudicial para el pueblo de la Palestina ocupada. Y todo, por supuesto, para garantizar que "Israel se fortalezca".
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