Los soldados israelíes han desalojado por la fuerza a una familia palestina tras asaltar su casa en Sheikh Jarrah, informó la agencia de noticias Wafa.
Alrededor de una docena de policías llegaron a la casa de la familia Salhiya a primera hora de la mañana, arrastraron a 15 residentes palestinos fuera y procedieron a demoler la casa con una excavadora.
La medida se produce a pesar de que la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, ha pedido a Israel que permita a la familia Salhiya quedarse, después de que Mahmoud Al-Salhiya amenazara con prenderse fuego a sí mismo y a su familia en protesta por la orden de desalojo israelí.
"No nos iremos. O vivimos o morimos. Me quemaré con combustible", dijo Salhiya en un vídeo que circuló por las redes sociales.
"El municipio (israelí) quiere sacar a una familia de su casa para instalar escuelas. ¿Para quién son las escuelas? Escuelas para ellos, para los judíos", explicó.
"A quien se acerque, le quemaré la casa, que está llena de tubos de gas, y explotaré la casa con quien esté dentro", advirtió.
Los intentos de la familia durante años para que se revoque la orden han fracasado."Como ladrones en la noche, los oficiales llegaron para desalojar a la familia Salhiya a la gélida calle. Así es la vida de los palestinos en Jerusalén Este", dijo el parlamentario de Meretz, Mossi Raz, inmediatamente después del desalojo el miércoles por la mañana.
La familia Salhiya fue expulsada de su casa en el barrio de Ein Karem, en Jerusalén Oeste, en 1948, durante la limpieza étnica sionista del pueblo.
Compraron una nueva casa en la década de 1950 en el barrio de Sheikh Jarrah, aproximadamente una década antes de que Israel ocupara y anexionara -ilegalmente- la zona. Ahora, el Ayuntamiento de Jerusalén, dirigido por Israel, los ha expulsado, una vez más.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha hecho pública hoy una declaración tras el desalojo de la familia Salhiya, en la que exige a la administración estadounidense "que asuma su responsabilidad e intervenga inmediatamente para poner fin a estos continuos crímenes israelíes contra nuestro pueblo en Jerusalén, concretamente en el barrio de Sheikh Jarrah, que está sometido a una política de discriminación racial que el mundo no ha visto nunca".
Y añadió: "La demolición, el desplazamiento y la intimidación de los ciudadanos de Jerusalén que está presenciando el barrio de Sheikh Jarrah pone a prueba a la administración de Biden y sus obligaciones, traduciendo sus palabras en acciones, y esto debe hacerse presionando al gobierno de ocupación israelí para que ponga fin a su política de limpieza étnica contra el pueblo palestino, y para que ahorre a la región más tensión y escalada."