Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos, anunciaron este viernes haber repelido un ataque contra una prisión en la que se encontraban miles de reclusos del Daesh, según ha revelado un comunicado recogido por las agencias de noticias.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, informó que un coche bomba impactó en la entrada de la prisión de Al-Ghuwayran, en la localidad siria de Al-Hasakah. Una segunda explosión se produjo en las inmediaciones antes de que los militantes del Daesh atacaran a las fuerzas de seguridad kurdas que custodiaban la instalación.
Las Fuerzas de Autodefensa revelaron en su declaración que el ataque tenía como objetivo liberar a los prisioneros del Daesh.
Según el SOHR: "Varios prisioneros lograron escapar". El SOHR dijo que en esta prisión hay 3.500 miembros y líderes del Daesh. Las SDF informaron que muchos habían escapado, pero la mayoría fueron recapturados.
En una estimación preliminar, el SOHR declaró que 39 miembros del Daesh y 23 miembros de las SDF murieron, junto con cinco civiles.
Según el SOHR, los enfrentamientos fueron continuos el viernes por la noche y provocaron un corte de electricidad en Al-Hasakah, lo que empujó a cientos de sirios a huir de sus hogares.
"Ha habido aviones, enfrentamientos, asesinatos de jóvenes", dijo a la AFP Um Ibrahim, de 38 años, que huyó de su casa. "La situación es muy mala. Dejamos nuestra casa por los enfrentamientos. Temíamos por nuestros hijos".
Mientras tanto, las Fuerzas de Autodefensa afirmaron que capturaron a 89 mercenarios en los alrededores de la prisión, y añadieron que los miembros de Daesh que se encontraban en las inmediaciones siguieron abriendo fuego para dar esperanzas a los prisioneros de que seguían luchando por su liberación.
Daesh culpó del ataque a: "Células durmientes de Daesh, que se infiltraron desde los barrios circundantes y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad internas".
Los informes han detallado que unos 12.000 miembros y líderes de Daesh de 50 nacionalidades se encuentran en las prisiones dirigidas por kurdos en el norte de Siria.
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