Los ataques aéreos de la semana pasada contra un centro de detención en Yemen mataron a unas 90 personas e hirieron a más de 200, dijo el martes el ministro de Sanidad de la administración hutí, que proporcionó una cifra actualizada después de que concluyeran las labores de rescate, informa Reuters.
Naciones Unidas dijo el sábado que al menos 60 personas habían muerto en los ataques. Testigos entrevistados por Reuters describieron las explosiones que golpearon el centro, que quedó reducido a escombros, según muestran las imágenes.
La coalición liderada por Arabia Saudí que lucha contra los hutíes ha dicho que la instalación en la provincia de Saada no estaba incluida en una lista de objetivos acordada con las agencias de la ONU. La coalición acusó a las fuerzas hutíes de difundir información errónea no especificada sobre el ataque.
Los combates se han intensificado en las últimas semanas, con más ataques aéreos contra lo que, según la coalición liderada por Arabia Saudí, son objetivos militares hutíes. El movimiento hutí, alineado con Irán, ha intensificado los ataques con misiles y drones contra los Emiratos Árabes Unidos y los lanzamientos transfronterizos contra la vecina Arabia Saudí.
En Saada, bastión de los hutíes en el norte del país, los supervivientes del ataque al centro de detención seguían hospitalizados el domingo.
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El preso Muhammad Al-Khulaidi sufrió una fractura en la pierna y quemaduras. Dijo que logró sacarse de los escombros de una celda, mientras que algunos de sus compañeros de celda murieron.
"Intentaba liberar mi pierna de debajo del pilar y el avión de guerra seguía bombardeándonos", dijo a Reuters.
"Lo intenté, lo intenté, y quité los restos de debajo de mi pierna, y salí. No pude ayudar a mis amigos porque tenía la pierna rota", dijo.
Naciones Unidas ha instado a la desescalada en esta guerra de casi siete años en la que han muerto más de 100.000 personas y 4 millones han sido desplazadas. Millones de yemeníes están al borde de la hambruna.
La coalición intervino en Yemen en marzo de 2015, después de que los hutíes desalojaran al gobierno reconocido internacionalmente del poder en la capital, Saná. El grupo afirma que lucha contra un sistema corrupto y una agresión extranjera.