Unas 320 personas han muerto desde que los militantes del Daesh atacaron la prisión de Al-Sina'a, en el noreste de Siria, el 20 de enero, dijo ayer un observador de la guerra.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (SOHR), que se basa en una red de fuentes dentro del país devastado por la guerra, dijo que 246 militantes del Daesh, 79 combatientes kurdos y siete civiles han muerto hasta ahora en el asalto.
El SOHR dijo que es probable que la cifra de muertos aumente "porque hay decenas de heridos, otros que siguen desaparecidos e información sobre más bajas" en ambos bandos.
El presidente Rami Abdel Rahman dijo a la AFP que "los cuerpos recién descubiertos estaban dentro y fuera de la prisión".
Anteriormente, el sábado, AFP informó de que un camión había transportado pilas de cadáveres desde una zona cercana a la prisión, que se cree que son de combatientes del Daesh. Una excavadora descargó más cuerpos en el camión, que luego se dirigió a un lugar desconocido, añadió.
El 20 de enero, los militantes del Daesh lanzaron un ataque contra la prisión de Al-Sina'a, donde las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) retienen a casi 3.000 sospechosos del Daesh y a unos 700 niños.
El miércoles, un portavoz de las FDS anunció que el grupo había recuperado el control de la prisión. Sin embargo, continúan los combates esporádicos entre los combatientes de las FDS y los militantes del Daesh en los alrededores de la prisión. Sin embargo, fuentes sobre el terreno desmintieron la afirmación de las FDS.
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