El grupo libanés Hezbolá, respaldado por Irán, dijo el domingo que no veía ninguna razón para retrasar las elecciones parlamentarias de mayo, días después de que la política diera un vuelco con la retirada de Saad al-Hariri de la vida pública, informa Reuters.
Hariri, el principal político musulmán suní del Líbano y tres veces ex primer ministro, declaró el lunes que boicotearía la votación, lo que se suma a las incertidumbres a las que se enfrenta un país que lidia con una devastadora crisis financiera.
"Todos los indicios apuntan a que las elecciones parlamentarias se celebrarán a tiempo", dijo el jeque Naim Qassem, líder adjunto del fuertemente armado Hezbolá, según una copia de su discurso vista por Reuters.
El patriarca cristiano maronita Bechara Boutros Al-Rai, crítico de Hezbolá, dijo el domingo que la medida de Hariri no debe utilizarse como excusa para pedir un retraso.
Los adversarios de Hezbolá esperan anular la mayoría obtenida por el grupo y sus aliados, incluido el Movimiento Patriótico Libre Cristiano del presidente Michel Aoun, en 2018.
Desde entonces, la crisis financiera ha sumido al grueso de los libaneses en la pobreza. El colapso llegó a su punto álgido a finales de 2019, cuando los agravios económicos encendieron las protestas contra la élite gobernante por décadas de corrupción y mala gestión.
VIDEO: La turbulenta carrera política del libanés Hariri
A pesar de esto, Hezbolá no espera que las elecciones arrojen un resultado muy diferente al de 2018, dijo Qassem, desestimando lo que describió como expectativas de que el parlamento se ponga "patas arriba".
Las encuestas de opinión de Hezbolá en todo el Líbano mostraron que "los resultados de las elecciones se acercarán a la composición del parlamento actual, con ligeros cambios que no afectan a la composición general", dijo.
"Por lo tanto, decimos a los que tienen grandes esperanzas: 'pongan los pies en el suelo'", dijo Qassem, cuyo grupo está designado como organización terrorista por países como Estados Unidos.
Aunque ninguno de los principales partidos libaneses ha pedido que se retrasen las elecciones -Aoun dijo el sábado que no veía ninguna razón para ello-, muchos observadores creen que esto podría convenir a una serie de actores influyentes si consideran que pueden salir perdiendo.
Los Estados occidentales quieren que la votación se celebre a tiempo.
Uno de los partidos que espera ganar es el de las Fuerzas Libanesas Cristianas, un grupo alineado con Arabia Saudí que critica ferozmente a Hezbolá y a Aoun.
Hariri deja tras de sí una comunidad suní fracturada en la que los analistas creen que los aliados suníes de Hezbolá podrían obtener más escaños.
Pero los adversarios de Hezbolá también esperan salir ganando.
El hermano de Hariri, Bahaa, anunció el viernes su entrada en la política. Un feroz crítico de Hezbolá, tiene previsto apoyar a los candidatos, pero no se presentará él mismo.