Las autoridades egipcias siguen demoliendo barrios residenciales en El Cairo con el pretexto del desarrollo.
Recientemente han evacuado a los residentes de los barrios de Al-Jayara, Hosh Al-Ghajar, Al-Sukar y Al-Lemon, en el Viejo Cairo, para poder construir un proyecto de turismo, cultura y entretenimiento, según Al-Araby Al-Jadeed.
El proyecto incluirá mercados, teatros, cines y hoteles y abarcará 12,5 hectáreas.
Otras zonas de la capital están sufriendo ciclos similares de desplazamiento y aburguesamiento, es decir, la expulsión de los residentes pobres para que los inversores ricos puedan hacerse con el terreno.
El mes pasado, las autoridades egipcias se prepararon para demoler los distritos sexto y séptimo de Nasr City, un suburbio de El Cairo, lo que, según los críticos, provocaría el desplazamiento de miles de personas de sus hogares.
Según el inventario inicial, se desalojarían 4.500 viviendas y comercios para construir nuevas torres residenciales similares a las del Triángulo de Maspero en el centro de la ciudad, según anunciaron los medios de comunicación estatales.
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Los residentes se quejaron entonces de que no se les había consultado sobre los planes y que se les ofrecían apartamentos y tiendas alternativas a 25 kilómetros del sexto distrito, en una zona más pobre.
Cuatro partidos políticos egipcios han denunciado el desplazamiento forzoso de los residentes en estos dos distritos y han expresado su solidaridad con los residentes que se negaron a abandonar sus hogares.
En 2017, la isla de Al-Warraq, en Egipto, fue noticia después de que la policía y las fuerzas armadas retiraran edificios que supuestamente carecían de licencia y estaban construidos ilegalmente en terrenos de propiedad estatal.
Los residentes protestaron contra la demolición de sus casas y los policías dispararon gases lacrimógenos y balas contra las manifestaciones. El gobierno consideraba que la isla era un bien inmueble de primera categoría y, según los informes, tenía previsto construir rascacielos y nuevos complejos de edificios.
Un año más tarde, unas 5.500 familias fueron desalojadas del barrio de Maspero, en El Cairo, y se les ofreció una escasa compensación para que el gobierno pudiera hacer uso de los terrenos para construir inmuebles de primera categoría.
También está ocurriendo fuera de la capital; se han demolido terrenos estatales en Marsa Matruh, en la costa norte de Egipto, y se han vendido a licitadores privados.
Miles de casas han sido demolidas en el norte del Sinaí, especialmente a lo largo de la frontera con Gaza.