Como dejó claro en sus entrevistas, el pasado miércoles con cinco periódicos israelíes, el primer ministro Naftali Bennett no dio ninguna importancia a la Autoridad Palestina ni a sus dirigentes. De hecho, tampoco da importancia a las reuniones entre sus ministros, por muy altos que sean, y los funcionarios de la AP, como la mantenida entre el presidente Mahmud Abbas y el ministro de Seguridad, Benny Gantz, o la reunión entre el jefe de la Autoridad de Asuntos Civiles, Hussein Al-Sheikh, y el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid. Considera que estas reuniones se inscriben en el contexto de lo que acordó con sus dos colegas cuando formó su gobierno con la intención de "preservar el statu quo" e intensificar los asentamientos israelíes en tierras ocupadas.
De hecho, lo más importante que ha dicho Bennett en relación con el pueblo palestino y sus líderes -que deberían dirigir la nación- es su aclaración de que Gantz y Lapid no están autorizados en modo alguno a participar en cuestiones políticas ni a avanzar por una vía política con los palestinos. No obstante, algunos palestinos mantienen un atisbo de optimismo; creo que equivocado.
Por lo tanto, mientras estas reuniones no profundicen en asuntos "serios", son inofensivas, e incluso útiles si mejoran la cooperación económica y el comercio con los palestinos.
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Lo que me preocupa de su afirmación es que Bennett en realidad está tirando de la manta bajo los pies de los dirigentes de la AP, ya sea Abbas o los que esperan sucederle, como Al-Sheikh. Este último trató de justificar sus recientes reuniones en el "Corazón de Israel" haciendo hincapié en la necesidad de "frenar" a los colonos y crear un horizonte político.
Un grupo de ciudadanos palestinos de Israel se reúnen frente a la oficina del primer ministro israelí, Naftali Bennett, para realizar una protesta contra las implementaciones de Israel hacia los árabes en el desierto del Néguev, el 30 de enero de 2022 en el sur de Jerusalén. [Mostafa Alkharouf - Agencia Anadolu]
Se supone que estas declaraciones deben convencer a los que están en el asiento del conductor palestino para que dejen el humillante viaje a las casas de los ministros israelíes, porque las llaves de una solución no las tienen ellos: "No están autorizados a mantener conversaciones políticas con la parte palestina".
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Las palabras de Bennett también deberían llevarles a dejar de mendigar "ayuda financiera" y mostrar preocupación por el colapso de la coordinación de la seguridad y de la propia Autoridad Palestina.
Deben pensar, en cambio, en un proyecto de resistencia y de liberación real digno del pueblo palestino. Este proceso empieza por dirigir los esfuerzos a poner la casa palestina en orden y lograr la reconciliación con las demás facciones antes que cualquier otra cosa.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Arab48 el 31 de enero de 2022
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