Los hombres del Sultanato de Omán se enfrentan a multas de miles de dólares si llevan el tipo de traje tradicional equivocado, según informa AFP. Al parecer, la medida se debe a "una oleada de imitaciones extranjeras y estilos alternativos" de la túnica que han entrado en el país. Los dobladillos y los elaborados bordados, e incluso los diseños multicolores, contrastan con la variedad omaní, mayoritariamente blanca, de lo que se conoce localmente como "dishdasha".
La túnica omaní está fuertemente ligada a la identidad nacional del país y difiere ligeramente de la túnica que llega hasta los tobillos, común en otros estados árabes del Golfo, que suele tener cuello y cierres de botón o de presión. La dishdasha suele llevar una borla decorativa en el cuello, conocida como tarbousha, que tradicionalmente se moja en perfume. A diferencia de la mayoría de los países del Golfo, donde los hombres llevan un tocado keffiyeh blanco o a cuadros, la túnica omaní va acompañada de un gorro bordado sin ala llamado kumma, normalmente con un turbante conocido como massar.
El Ministerio de Comercio e Industria de Mascate dijo que el diseño de la dishdasha debe ajustarse a "ciertos criterios", entre los que se encuentra que esté hecha principalmente de algodón y que sólo esté bordada en el escote, las aberturas delanteras y los puños.
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"El tejido debe ser de un solo color", dijo un funcionario del ministerio citado por AFP. Se prefieren los colores blancos o neutros.
Cualquier persona o fabricante que infrinja el código de vestimenta será multado con 2.597,55 dólares (1.000 riales omaníes). Esta multa se duplicará en caso de una segunda infracción.
El uso del traje nacional es obligatorio para todos los empleados del sector público de Omán. Sin embargo, al menos para algunos en Mascate, el anuncio puede ser visto como una violación de la libertad de elección personal. Sin embargo, la necesidad de preservar la identidad nacional única del sultanato es ampliamente aceptada.
Según un comerciante que vende dishdashas, Nabegh Al-Qarni, las modificaciones del vestido tradicional se han hecho notar. Este hombre de 35 años dijo a la AFP que la sociedad omaní, especialmente la generación más vieja, es reacia a estos cambios.
El esfuerzo por preservar la cultura omaní se produce en medio de un cambio social y económico en el sultanato, que está intentando atraer inversiones extranjeras y desarrollar mercados alternativos mientras busca alejarse de la dependencia de la caída de los ingresos del petróleo.