El Ministerio marroquí de Equipamiento, Transporte, Logística y Agua ha comenzado a identificar y localizar los pozos abandonados, que pueden suponer una amenaza para la seguridad pública, para evitar la muerte de otro niño.
El 1 de febrero, el niño marroquí Rayan, de cinco años, cayó 32 metros en un pozo de 60 metros cerca de su pueblo, Ighran, y murió antes de que los rescatistas pudieran llegar a él el sábado.
El Director de Investigación y Planificación del Agua del ministerio, Abdelaziz Zerouali, dijo que el ministro había dado instrucciones estrictas para realizar controles exhaustivos de los pozos, que pueden suponer una amenaza para la seguridad pública, en coordinación con las autoridades locales.
A partir del proceso, "los organismos de cuenca emitirán una advertencia a los infractores para que cierren o restauren estos pozos en plazos razonables, con el fin de eliminar cualquier peligro para el público y los animales", dijo Zerouali.
Explicó que "en caso de incumplimiento de estos procedimientos, el organismo de cuenca afectado llevará a cabo el proceso de llenado a costa del infractor, con la posibilidad de un seguimiento judicial".
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