Los talibanes que gobiernan Afganistán han afirmado que se comprometen a cumplir el acuerdo sobre el agua con el vecino Irán, en medio de la escasez y las protestas en el país.
En un comunicado emitido el viernes por el Ministerio de Agua y Energía del Emirato Islámico, Kabul se adherirá al acuerdo de 1973 sobre los derechos de agua del río Helmand, por el que Irán debe recibir 820 millones de metros cúbicos de agua del río.
A finales del mes pasado, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, expresó la preocupación de Teherán por la aplicación del acuerdo.
"Lamentablemente, a pesar de que el órgano de gobierno de Afganistán ha anunciado que este derecho es definitivo y han abierto la presa, el agua no ha llegado. Para nosotros es importante el grado de compromiso del órgano de gobierno con el derecho internacional y bilateral", declaró al Tehran Times.
Ayer, un funcionario del Ministerio de Energía iraní acusó a los talibanes de no liberar suficiente agua de la presa de Kamal Khan, en el río Helmand, ya que la mayor parte de ella estaba drenando hacia una cuenca interior cercana a la frontera en lugar de hacia el lago Hamun de Irán. Sin embargo, Press TV informó de que las autoridades afganas han informado al ministro de Energía de Irán, Ali Akbar Mehrabian, en una llamada telefónica, de que pronto rectificarán el problema.
Aunque las relaciones entre Irán y los talibanes son amistosas, la escasez de agua en medio de las sequías y la mala gestión del agua para la agricultura podría afectar a los vínculos y ha provocado que entre el 25 y el 30 por ciento de la población abandone la región fronteriza en las últimas dos décadas. A finales del mes pasado, los agricultores iraníes protestaron y bloquearon la entrada de camiones afganos en el paso fronterizo de Milak, en la provincia sudoriental de Sistán-Baluchistán, por el empeoramiento de los problemas de agua.
El año pasado, ambos países firmaron un acuerdo sobre los derechos del agua, poniendo fin a casi 50 años de disputas. Enfrentado a su propia crisis hídrica, Irán ha sido acusado por Irak de reducir el caudal de los ríos Tigris y Éufrates, provocando una grave escasez de agua.