El gobierno yemení pidió ayer a la comunidad internacional que tome medidas urgentes para hacer frente a la crisis humanitaria del país.
El llamamiento lo hizo el primer ministro, Maeen Abdulmalik, apoyado por la comunidad internacional, durante su reunión con una delegación europea de alto nivel en la capital temporal del país, Adén. La agencia oficial de noticias Saba informó de que la delegación estaba encabezada por el director general adjunto de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO), Michael Koehler.
Durante la reunión, Abdulmalik dijo que las "repetidas advertencias hechas por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación humanitaria en Yemen son preocupantes".
"Pido un enfoque serio para abordar la raíz de la crisis humanitaria en Yemen, que están representadas en la continuación de la guerra y la intransigencia de las milicias hutíes y su rechazo a las iniciativas de paz", dijo el premier yemení.
El empobrecido Yemen está acosado por la violencia y el caos desde 2014, cuando los hutíes invadieron gran parte del país, incluida la capital, Saná. La crisis se agravó en 2015 cuando una coalición militar liderada por Arabia Saudí lanzó una devastadora campaña aérea destinada a hacer retroceder las ganancias territoriales de los hutíes.
La guerra, en la que Estados Unidos (EEUU) y el Reino Unido (RU) respaldan a la coalición liderada por Arabia Saudí, se ha cobrado la vida de más de 377.000 yemeníes y ha dejado al 80% de la población -unos 30 millones de personas- dependiendo de la ayuda para sobrevivir, según datos de la ONU. Por ello, el organismo internacional ha calificado la situación de Yemen como la peor crisis humanitaria del mundo.
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