Es invierno, pero todas las mañanas en Gaza decenas de palestinos se levantan temprano, van a la playa y nadan durante 15 o 20 minutos.
Este ejercicio diario, que se realiza independientemente del tiempo, ha tenido un efecto positivo en sus cuerpos y sus mentes, dicen.
En la playa, los participantes realizan un ejercicio de calentamiento y luego se meten en el agua.
El responsable de la actividad, Mohammed Abu Mahrah, afirma que cada vez más personas mayores se suman a la acción diaria. Nadar en el agua fría ayuda a aumentar los glóbulos rojos y blancos y el recuento de plaquetas. Esto puede ayudar a aliviar el dolor de las articulaciones y favorecer la curación, según las investigaciones. La natación también activa las endorfinas, que hacen que los participantes se sientan mejor, explica Mohammed.
Esta actividad invernal se ha hecho tan popular que están surgiendo grupos similares a lo largo de la costa de Gaza.
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