Más de 1.300 palestinos, incluidos niños, han sido desplazados como consecuencia del rápido aumento de las demoliciones de viviendas desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió su cargo, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.
Los datos se componen de cada cierre permanente o destrucción de una propiedad residencial o comercial, o de una pieza clave de infraestructura como tuberías de agua, carreteras e instalaciones de red.
La abogada palestina Diana Buttu dijo a The Intercept que "Bennett está dejando claro que aquí es donde está el futuro de la relación entre israelíes y palestinos".
"El futuro está en que los palestinos sean acordonados en estos pequeños guetos. Y toda la tierra que rodea a estos guetos será tomada lentamente - será robada - para los asentamientos israelíes".
La política israelí de demolición de viviendas contra familias enteras, ampliamente practicada, es un acto de castigo colectivo ilegal y constituye una violación directa del derecho internacional de los derechos humanos.
Según The Intercept, los expertos concluyen que el ritmo creciente de las demoliciones de Israel se debe a la negativa de Biden a presionar al primer ministro israelí, Naftali Bennett, en relación con los derechos de los palestinos, a pesar de que posiblemente se resuelva en una conversación.
"No creo que haga falta más que levantar el teléfono y amenazar realmente a Bennett", dijo Buttu.
Sin embargo, el bienestar de los palestinos ha quedado claramente "en un segundo plano" en favor del deseo de Biden de asegurar un nuevo acuerdo nuclear con Irán y de continuar con la impresión de que los ataques israelíes contra los palestinos se han reducido desde la ofensiva israelí de 11 días en Gaza el pasado mes de mayo.
Según un informe publicado por B'Tselem a principios de este año, la ocupación israelí demolió 295 estructuras residenciales palestinas en los territorios ocupados en 2021, dejando a 895 palestinos, 463 de ellos menores, sin hogar.
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Los activistas dicen que la negativa de Biden a tomar medidas prácticas sobre el asunto y aplicar una presión significativa al régimen israelí socava su oposición pública a sus acciones.
En una declaración facilitada a The Intercept, la portavoz nacional de IfNotNow, Morriah Kaplan, dijo: "Es hora de que Biden haga lo que han hecho cinco presidentes de ambos partidos: aprovechar la ayuda estadounidense y la venta de armas para presionar al gobierno israelí".
Por su parte, Diana Buttu afirma que no le sorprende la negativa de Biden a presionar a Bennett para que detenga las demoliciones y la expansión de los asentamientos. Sin embargo, expresó su incredulidad ante la negativa de la mayoría de los políticos demócratas, incluidos algunos progresistas, a defender al pueblo palestino.
Dijo: "En lo que respecta a las demoliciones, ésta es la parte que nunca he entendido. He trabajado con muchas de estas familias que han vivido con el miedo a la demolición sobre su cabeza. Esta es su vida. Estos son sus hogares. Esto inflige un verdadero trauma a los niños. El hecho de que Israel nunca se haya enfrentado a esta política es realmente enfermizo. En cambio, tenemos candidatos que se presentan y se comportan como si esto fuera normal".