Varias instituciones y personalidades israelíes han hecho un llamamiento a Estados Unidos para que no sancione al multimillonario ruso-israelí Roman Abramovich.
En una carta dirigida al embajador estadounidense Tom Nides, Yad Vashem -el memorial oficial del Holocausto en Israel-, el rabino asquenazí principal del país, David Lau, y el director del Centro Médico Sheba, Yitshak Kreiss, instaron a Washington a no sancionar a Abramovich, que es un importante donante de causas sionistas.
Abramovich, que adquirió la ciudadanía israelí en 2018 tras no poder prorrogar su visado en el Reino Unido, ha donado casi 102 millones de dólares a una organización de colonos israelíes de extrema derecha que desplaza a familias palestinas de la Jerusalén Oriental ocupada. Su donación total a causas israelíes, sin embargo, se dice que supera los 500 millones de dólares. El oligarca también ha comprado al menos tres propiedades en Israel, una de ellas por valor de 64,5 millones.
Según la carta, sancionar a Abramovich perjudicaría a las instituciones israelíes que dependen de él para sus donaciones. El presidente de Yad Vashem, Dani Dayan, añadió que Abramovich era el segundo mayor donante privado del museo, después del difunto Sheldon Adelson y su viuda, Miriam.
Abramovich hizo una donación multimillonaria al Museo Conmemorativo del Holocausto Yad Vashem, según anunció el museo el mes pasado, calificándola de "nueva asociación estratégica a largo plazo".
"Estamos profundamente agradecidos a Roman Abramovich por esta generosa contribución que fortalecerá significativamente la misión de Yad Vashem", dijo Dayan.
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En una columna del periódico Haaretz, la escritora israelí Noa Landau calificó la carta de "vergonzosa". Landau también criticó a Yad Vashem por facilitar lo que llamó "lavado de la Shoá" al invitar a figuras como el líder derechista de Hungría, Viktor Orban, a visitar el museo como parte de la presión política israelí contra palestinos e iraníes, a pesar de la acusación de antisemitismo contra Orban.
Abramovich camina por la cuerda floja diplomática desde la invasión rusa de Ucrania. Occidente ha respondido imponiendo sanciones al presidente ruso Vladimir Putin, a los miembros de su círculo íntimo y a los oligarcas rusos cercanos a él.
La decisión de las instituciones israelíes de acudir en ayuda de Abramovich también pone de manifiesto la cuerda floja diplomática por la que camina el Estado ocupante. Aunque los funcionarios israelíes han criticado la invasión rusa de Ucrania, han rechazado varias peticiones de ayuda del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, incluso para la transferencia de equipo militar.
El embajador ucraniano en Tel Aviv, Yevgeny Kornichuk, se mostró "decepcionado" por el hecho de que Israel no aceptara a todos los refugiados de la guerra en su país. Las prácticas racistas del Estado de Israel también se convirtieron en una fuente de ira y frustración para los funcionarios ucranianos. Mientras que el Estado ocupante ha abierto sus puertas a los judíos ucranianos, no ha sido tan acogedor con los no judíos que huyen de la guerra.