A petición de Israel, Estados Unidos se nombró a sí mismo como mediador en la disputa sobre las fronteras marítimas entre Líbano y la Palestina ocupada. El conflicto es antiguo, y Washington envió a Frederic Hof como mediador, hace años, y éste llevó a cabo investigaciones y estudios en la zona en disputa y presentó una propuesta para dar a Líbano unos 500 kilómetros cuadrados de su superficie total de 860 kilómetros cuadrados, y el resto a Israel.
Líbano rechazó la propuesta de Hof, por lo que los esfuerzos de Washington quedaron congelados durante años. Luego se reanudaron hace varios meses, sin llegar a un acuerdo. Después vino un nuevo mediador norteamericano, Amos Hochstein, de nacionalidad israelí y que sirvió en el ejército de su país, y dio su opinión para solucionar el conflicto, sin llegar a ninguna conclusión, aunque afirmó que esbozaba un posible proyecto de solución para el conflicto, que informará a las dos partes en conflicto en su próxima visita.
Hochstein no cumplió su promesa y su visita, sino que envió un mensaje al Líbano a través de Dorothy Shea, la embajadora estadounidense en Beirut, al presidente libanés, el general Michel Aoun. El contenido del mensaje fue ocultado, pero fuentes cercanas a los altos cargos del poder resumieron los principales puntos de la nueva oferta de Hochstein como sigue:
- La adopción de la línea 23 en el trazado de las fronteras marítimas del sur, siempre que esta línea se desvíe hacia el norte en los bloques 8 y 10 para que éstos y la parte exterior del campo libanés de Qana sean cedidos a Israel.
- La empresa francesa Total actuará en nombre del Líbano y la empresa greco-estadounidense Halliburton lo hará en nombre de Israel en la gestión de los campos conjuntos.
- Los trabajos que se realicen en esta zona estarán bajo el patrocinio de Qatar.
La oferta filtrada de Hochstein fue rechazada y condenada por las fuerzas nacionales y políticas hostiles a Estados Unidos, sobre todo porque un estudio previo, elaborado por una institución británica especializada y encargado por la dirección del Ejército libanés, otorgaba al Líbano, además de la superficie de 860 kilómetros cuadrados, una superficie de nada menos que 1.430 kilómetros cuadrados, al adoptar la línea 29 en lugar de la 23.
Líbano: los conductores hacen cola para comprar gasolina antes de la esperada subida de precios
En un intento de contrarrestar la campaña de rechazo a la nueva oferta de Hochstein, fuentes del Palacio de la República afirmaron que se trata de una mera documentación de las actas de las reuniones mantenidas por el mediador estadounidense en su última visita, y que no hay conclusiones definitivas en el Líbano, y que el presidente Aoun y el primer ministro, Najib Mikati, acordaron formar un comité para estudiar la oferta, formado por un representante de cada uno de ellos y representantes de los ministerios de Asuntos Exteriores, Defensa, Medio Ambiente, Energía y Obras Públicas, así como representantes del Ejército libanés. El ministro de Obras Públicas, Ali Hamiyah, que representa a Hezbolá en el gobierno, se negó a ser miembro del comité, subrayando que el partido le comunicó que "no participará en ninguna reunión o conversaciones directas a través del ministro o de un intermediario relacionadas con el expediente de la demarcación de la frontera marítima, especialmente si el comité se reunirá con delegaciones estadounidenses". Mientras surgen fuertes voces en los círculos políticos y mediáticos que rechazan el contenido de la nueva oferta de Hochstein, aumentan las preguntas sobre la importancia de presentar esta oferta durante las elecciones parlamentarias previstas para mediados de mayo, y con la escalada de la guerra en y sobre Ucrania. Las preguntas escépticas más destacadas son las siguientes:
- ¿Supone la oferta de Hochstein un acuerdo implícito de las sanciones impuestas por Estados Unidos al yerno del presidente Aoun, el ministro y representante, Gebran Bassil?
- ¿Pretenden algunas autoridades conseguir un logro económico que genere miles de millones de dólares para Líbano como resultado de la extracción de petróleo y gas de sus aguas territoriales?
- ¿El acuerdo previsto en este momento pretende ser capitalizado política y mediáticamente en las próximas elecciones parlamentarias?¿Es posible aprobar este acuerdo - el acuerdo a pesar de la fuerte oposición de Hezbolá a él?
- ¿Por qué el presidente del Parlamento, Nabih Berri, no está representado en el comité encargado de estudiar la propuesta de Hochstein y presentar sus recomendaciones al respecto?
- ¿Es la oferta de Hochstein un intento de arrastrar al Líbano a la normalización con Israel directa o indirectamente?
Es difícil que los interesados den respuestas convincentes a estas preguntas, dada la difícil etapa que atraviesa actualmente el Líbano. Sin embargo, tengo una opinión, que ya expuse anteriormente, y que constituye una salida nacional adecuada al problema de la demarcación de las fronteras marítimas que sufre el Líbano desde hace años.
LEER: Las limitadas opciones de Egipto ante la crisis ucraniana
¿Cómo?
Líbano dispone de diez bloques a lo largo de la costa libanesa que contienen ricos yacimientos de petróleo y gas, y puede adoptar uno de los dos enfoques que permiten invertir:
- Comenzar la exploración de petróleo y gas en los bloques relativamente alejados de la frontera con la Palestina ocupada, con la condición de respetar completamente lo que el gobierno define como las líneas de soberanía de la zona económica exclusiva frente a las ambiciones de Israel y las que están detrás.
- El inicio de la exploración en los bloques 8, 9 y 10 adyacentes a las fronteras marítimas con la Palestina ocupada, donde Israel ha establecido instalaciones en alta mar para extraer petróleo y gas, y la amenaza de destruir estas instalaciones, sobre todo porque la resistencia es capaz de hacerlo si el enemigo trata de impedir al Líbano la exploración y la inversión en sus bloques vecinos.
Ambos enfoques aseguran al Líbano dos objetivos y dos intereses muy importantes: proteger su soberanía sobre su tierra y sus aguas territoriales y recaudar miles de millones de dólares de la inversión en los yacimientos de petróleo y gas. Somos conscientes de que Líbano padece una crisis crónica y grave, y de que actualmente no cuenta con líderes capaces de tomar decisiones fatídicas, pero esperar a un momento adecuado y a unos líderes capaces de tomar decisiones fatídicas sigue siendo más útil y seguro que comprometer la soberanía y los derechos y sufrir la maldición de la historia.
Este artículo apareció en árabe en Al-Quds Al-Arabi el 6 de marzo de 2022
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.