Estados Unidos y Gran Bretaña están aumentando la presión sobre Arabia Saudí para que bombee más petróleo y se una a los esfuerzos para aislar a Rusia, mientras que Riad se ha mostrado poco dispuesto a responder y ha reavivado la amenaza de deshacerse de los dólares en sus ventas de petróleo a China, informa Reuters.
El primer ministro británico, Boris Johnson, voló al mayor exportador de crudo del mundo el miércoles, un día después de que el asesor de seguridad de EE.UU., Brett McGurk, llegara con una delegación estadounidense.
Arabia Saudí y su vecino, los Emiratos Árabes Unidos, que se encuentran entre el puñado de productores con capacidad de reserva, han desairado las peticiones occidentales de más crudo para enfriar los precios al rojo vivo y se han ceñido a un pacto de suministro de la OPEP+ con Rusia y otros.
El príncipe heredero, Mohammed bin Salman, gobernante de facto del Reino, se ha enfrentado a fuertes críticas occidentales por el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en 2018, el historial de derechos humanos de Riad y la guerra de Yemen. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha negado hasta ahora a tratar directamente con el príncipe, al que se conoce ampliamente como MbS.
Con las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí en un punto bajo, MbS ha respondido reforzando los lazos con Rusia y China, aunque el Reino sigue manteniendo estrechos vínculos de seguridad con Washington.
McGurk y otros funcionarios estadounidenses se reunieron el martes con altos cargos saudíes, presionándoles para que bombeen más petróleo y encuentren una solución política para poner fin a la guerra en Yemen, donde las fuerzas lideradas por Arabia Saudí luchan contra el grupo hutí, respaldado por Irán, según dos fuentes.
"Estarían equivocados si piensan que Washington renunciaría a estos dos expedientes", dijo a Reuters una de las dos fuentes, que está familiarizada con las discusiones.
Un alto funcionario de la administración estadounidense dijo que McGurk estaba en Oriente Medio "discutiendo una amplia gama de temas, incluyendo Yemen", pero declinó dar más detalles.
El primer ministro británico, por su parte, describió a Arabia Saudí y a los EAU como "socios internacionales clave" en el esfuerzo por desechar el mundo de los hidrocarburos rusos y presionar al presidente ruso, Vladimir Putin, después de que Moscú invadiera Ucrania.
Pero Abdulkhaleq Abdulla, un destacado analista político emiratí, dijo que Johnson no debería esperar mucho. "Boris volverá con las manos vacías", escribió en Twitter.
El gobierno saudí no respondió de inmediato a una solicitud de Reuters para comentar las visitas de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Por el momento, Arabia Saudí no ha dado señales de abandonar el pacto de suministro de petróleo forjado entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluida Rusia, que ha hecho que el grupo conocido como OPEP+ aumente la producción de petróleo sólo gradualmente.
Poco tiempo
En la última reunión de la OPEP+, celebrada el 2 de marzo -menos de una semana después de que Rusia invadiera Ucrania y mientras Occidente endurecía las sanciones a Moscú-, los ministros eludieron el tema de Ucrania en las conversaciones y acordaron rápidamente mantener la política existente.
Mientras tanto, Riad ha señalado que quiere estrechar lazos con Pekín invitando al presidente chino Xi Jinping a visitar el país este año. El Wall Street Journal dijo que Arabia Saudí estaba en conversaciones para fijar el precio de parte del crudo que vende a China en yuanes.
"Si Arabia Saudí hace eso, cambiará la dinámica del mercado de divisas", dijo una fuente con conocimiento del asunto, y agregó que tal movimiento -que la fuente dijo que Pekín había solicitado durante mucho tiempo y que Riad amenazó ya en 2018- podría impulsar a otros compradores a seguir.
El Ministerio de Energía saudí declinó hacer comentarios, mientras que el gigante petrolero estatal, Saudi Aramco, no respondió a una solicitud de comentarios.
Un diplomático dijo que Riad estaba recurriendo a "viejas amenazas" para contraatacar a Occidente, aunque el diplomático y otros dicen que cualquier cambio al yuan enfrentaría desafíos prácticos, dado que el crudo se cotiza en dólares, el riyal saudí está vinculado al billete verde y el yuan no tiene el mismo papel como moneda de reserva.
"Sería imprudente, teniendo en cuenta el precio del petróleo en dólares y la vinculación de la moneda, por no mencionar la cantidad de deuda saudí en dólares, sus activos de reserva en dólares y sus tenencias de acciones estadounidenses", dijo Karen Young, académica residente en el American Enterprise Institute.
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"Puede haber algunos contratos en yuanes entre Arabia Saudí y China, pero no hay una reorientación de la política monetaria saudí", dijo.
El Banco Central saudí tenía activos por valor de 492.800 millones de dólares a finales de enero, incluidos 119.000 millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense.
El gobierno tenía una deuda en moneda extranjera -en su mayoría en dólares- de 101.100 millones de dólares a finales de 2021, mientras que el fondo soberano saudí tenía 56.000 millones de dólares en acciones estadounidenses.
Monica Malik, economista jefe del Abu Dhabi Commercial Bank, dijo que Arabia Saudí podría cambiar lentamente algunas ventas a yuanes. "Un cambio gradual tendría un impacto limitado", dijo.
E incluso mientras los funcionarios estadounidenses se reunían en Riad, el Departamento de Estado de EE.UU. dijo, el martes, que Washington no estaba pidiendo a sus aliados que eligieran entre Estados Unidos y China.
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