La administración estadounidense del presidente Joe Biden ha transferido un número importante de interceptores antimisiles Patriot a Arabia Saudí, atendiendo a una petición urgente del reino en medio de las crecientes tensiones entre ambos países.
Según AP, las transferencias tuvieron lugar el mes pasado, citando a un alto funcionario de la administración que habló bajo la condición de anonimato ayer. La medida ha sido vista como un intento de reforzar las relaciones en línea con la promesa de Biden de que "Estados Unidos cubrirá las espaldas de nuestros amigos en la región".
Las relaciones entre Riad y Washington han sido tensas desde que Biden asumió el cargo el año pasado, se había negado a tratar directamente con el príncipe heredero Mohammed Bin Salman (MBS) y, como candidato presidencial, prometió convertir al reino en un paria por el asesinato sancionado por el Estado del residente estadounidense y periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul en 2018.
La anulación por parte de Biden de la decisión de la anterior administración Trump de incluir al movimiento hutí de Yemen en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado también ha sido un punto de discordia para Estados Unidos y los saudíes.
El año pasado se informó de que Estados Unidos había trasladado su propio sistema de defensa Patriot de la base aérea de Sultán, situada a 70 millas al sureste de la capital, Riad. La decisión coincidió con la decisión de la administración Biden de orientar sus prioridades de política exterior hacia la región de Asia-Pacífico para contrarrestar la creciente influencia de China.
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La controvertida medida se ha tomado a pesar de que los saudíes están recibiendo un aumento de los ataques de represalia con drones y misiles al otro lado de la frontera por parte de las fuerzas armadas yemeníes, alineadas con los hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán.
Ayer, los hutíes llevaron a cabo un ataque combinado de drones y misiles contra una planta de gas natural licuado (GNL), una planta desalinizadora de agua, una instalación petrolera y una central eléctrica. A esto le siguió un ataque similar contra una instalación petrolera de Aramco en la ciudad portuaria de Jeddah, en el Mar Rojo, que provocó un incendio. No se registraron víctimas.
Una vista general muestra las instalaciones petroleras de Saudi Aramco en Riyadh, Arabia Saudí, el 23 de noviembre de 2007 [AFP PHOTO/HASSAN AMMAR/Getty].
El mes pasado, MBS y el jeque Mohammed Bin Zayed de los Emiratos Árabes Unidos desairaron una petición de Biden para discutir la crisis del petróleo y aumentar potencialmente la producción una semana antes de las operaciones militares en curso de Rusia en Ucrania.
Mientras que la semana pasada se informó de que, ante la creciente frustración con Washington, Riad ha mantenido activas conversaciones con China para fijar el precio de algunas de sus ventas de petróleo en yuanes, lo que tendría implicaciones negativas para el dominio del dólar estadounidense en el mercado mundial del petróleo.
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