El régimen sirio está creando empresas ficticias para comprar acciones y gestionar otras empresas y, en última instancia, evitar las sanciones, según indican los documentos filtrados revelados por The Guardian.
Según su investigación, tres empresas fundadas en un plazo de 24 horas tienen vínculos con nuevas compañías ficticias propiedad de personas del círculo íntimo del presidente Bashar Al-Assad, algunas de las cuales están sancionadas.
A principios de 2020, la UE impuso una nueva ronda de sanciones a ocho empresarios y dos entidades sirias por apoyar financieramente al régimen sirio, la represión violenta contra los ciudadanos y el bloqueo del proceso político liderado por Naciones Unidas.
En 2011, la Unión Europea introdujo medidas restrictivas contra personas o entidades que financian al régimen sirio o que participan en la represión.
Al hacer opaca la estructura de las empresas y quiénes son sus propietarios, el régimen sirio ha hecho más difícil distinguir quiénes apoyan financieramente al régimen y, en última instancia, imponerles sanciones.
Según el informe, Ali Najib Ibrahim es copropietario de Tele Space, que posee en parte Wafa JSC, el tercer operador de telecomunicaciones del país.
Yasar Hussein Ibrahim es otro copropietario de Wafa JSC. Yasar Ibrahim es jefe de la oficina económica y financiera de la presidencia y es asesor del presidente.
Yasar Ibrahim es también una de las personas sirias a las que Estados Unidos y el Reino Unido han impuesto sanciones.
También figuran como propietarios de estas nuevas empresas ficticias Rana Ahmad Khalis y Rita Ahmad Khalil, las hijas de Ahmad Khalil Khalil, copropietario de Tele Space con Ali Ibrahim.
Ahmad Khalil Khalis es copropietario de Sanad Protection and Security Services, que protege los envíos de fosfato ruso desde el centro de Siria hasta el puerto de Tartus.
Su socio en Sanad Protection, Nasser Deeb Deeb, está sometido a sanciones, al igual que su compañero copropietario en otra empresa, Khodr Ali Taher.
La revolución siria comenzó hace 11 años, cuando las protestas de la Primavera Árabe se extendieron por toda la región en protesta por el desempleo, la corrupción y la brutalidad del régimen.
En todos estos años han muerto casi 500.000 civiles sirios y más de la mitad de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares.
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