Rusia ha amenazado con impedir la entrada de ayuda humanitaria en el noroeste de Siria a través del paso fronterizo de Bab Al-Hawa con Turquía.
El representante permanente adjunto de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Dmitry Polyanskiy, declaró que su país "No hará la vista gorda ante el incumplimiento de los países occidentales de la resolución sobre la ayuda humanitaria transfronteriza en Siria".
"El mecanismo de ayuda transfronteriza termina este verano, y entre las disposiciones de la resolución, sólo una se está aplicando hoy", añadió Polyanskiy.
Señaló: "no parece que nadie vaya a cumplir todas las demás disposiciones, y al mismo tiempo, Damasco ha demostrado que las entregas a Idlib a través de las líneas de contacto son completamente posibles".
Al mismo tiempo, denunció los intentos de Occidente de vincular los compromisos de la resolución 2585 a condiciones políticas previas.
Consideró que: "las sanciones occidentales unilaterales están asfixiando a Siria, y los bancos y las compañías de seguros están exagerando su cumplimiento".
También afirmó: "el uso de la inanición como arma de guerra contraviene el derecho internacional humanitario".
Polyanskiy también pidió a los países occidentales que respeten el derecho al retorno de los refugiados, de acuerdo con la resolución 2254, y que no hagan la vista gorda ante las violaciones de la resolución 2585, que se han vuelto más atroces.
El Grupo de Coordinación de la Respuesta de Siria confirmó que la entrada de ayuda humanitaria en el noroeste de Siria a través de las líneas de contacto era imposible de llevar a cabo.
El equipo dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó el mandato de entrega de ayuda transfronteriza a Siria por otros seis meses en el marco de la Resolución 2585/2021, sin necesidad de una nueva votación en el Consejo.
Polyanskiy destacó que la ayuda humanitaria a través de las líneas de contacto con el régimen es insuficiente para abastecer las necesidades humanitarias de la región. También señaló la imposibilidad de aplicarla, especialmente con los grandes obstáculos que el régimen y Rusia ponen a la entrada de los convoyes humanitarios a través de las líneas de contacto y la explotación de la ayuda humanitaria por parte del régimen para financiar sus operaciones militares contra la población civil.
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