El viceministro de Asuntos Exteriores de Turquía ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional, especialmente a las naciones europeas, para que protejan a las comunidades de la diáspora en sus países, citando el aumento de la xenofobia y la islamofobia en todo el mundo.
En su intervención por videoconferencia en la Cumbre Mundial de la Diáspora -organizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Dublín-, Yavuz Selim Kıran declaró que Turquía pide "a la comunidad internacional que tome medidas concretas para eliminar todas las formas de discriminación contra las diásporas".
Poniendo como ejemplo la gran comunidad de la diáspora turca -que supera los 6,5 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 5,5 millones viven en países de Europa Occidental- Kıran afirmó que "está bien integrada en los países en los que viven y se han convertido en miembros valiosos de la sociedad en la que viven".
Según el viceministro de Asuntos Exteriores, un ejemplo de la integración es que más de 2.600 políticos en Europa y Estados Unidos son de origen turco, de los cuales ocho son miembros del Parlamento Europeo, tres ministros y 91 diputados.
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También es el caso en términos de negocios y economía, con 100.000 empresas turcas sólo en Alemania -un destino clave para los inmigrantes turcos y que tiene a los turcos como su mayor minoría- que supuestamente generan unos ingresos anuales de 50.000 millones de euros (54.800 millones de dólares).
"Los fundadores de BioNTech, Özlem Türeci y Uğur Şahin, son un importante ejemplo de que las diásporas son un fuerte motor del desarrollo sostenible", dijo Kıran. "Hacemos todo lo posible para fortalecer el bienestar de la comunidad turca en el extranjero".
Sin embargo, añadió que un obstáculo primordial para la diáspora turca y otras comunidades de la diáspora es la creciente ola de racismo, discriminación, xenofobia e islamofobia en todas las naciones occidentales, especialmente en Europa.
La ministra instó a los países a aplicar mayores medidas para proteger a las minorías y a las comunidades de la diáspora, refiriéndose a ellas como una fuente de enormes remesas y una parte clave de la economía mundial y del movimiento de la riqueza. Como ejemplo de tales medidas, declaró que Ankara quiere ver "un enfoque más abierto a la cooperación para satisfacer las necesidades educativas y religiosas de la sociedad turca".