El Partido de la Justicia y el Desarrollo turco (AKP) expresó ayer su "profundo pesar y preocupación" por la reciente disolución del Parlamento tunecino.
"Mantener los parlamentos abiertos en todo el mundo es la mayor ganancia para los países", dijo el portavoz del AKP, Omer Celik, a los periodistas en la capital turca, Ankara, denunciando la decisión del presidente Kais Saied de disolver el parlamento tunecino el 30 de marzo.
Describiendo a Túnez como un país con una "experiencia constitucional a la que se hizo referencia como un modelo a emular por otros países", Celik subrayó que la medida no debe "comprometer los logros democráticos del pueblo tunecino".
"Túnez ha dado pasos significativos hacia la democracia que no deben ser descuidados", dijo, señalando que los recientes acontecimientos suponen una "amenaza para los logros del pueblo tunecino".
El miércoles, el Parlamento tunecino celebró una sesión virtual en la que los legisladores aprobaron una ley que anula las medidas excepcionales iniciadas por Saied el 25 de julio, entre ellas la congelación del Parlamento y la disolución del Consejo Judicial Supremo.
Horas después, Saied anunció por televisión la disolución del Parlamento, con el pretexto de "preservar el Estado y sus instituciones de un intento fallido de golpe de Estado".
Numerosas fuerzas políticas y sociales han rechazado repetidamente las medidas excepcionales de Saied y las han calificado de "golpe de Estado contra la Constitución". Otros dicen que sus medidas fueron una "corrección del rumbo de la revolución de 2011."