Para lograr sus objetivos de seguridad, Israel ha decidido que tiene que matar a más palestinos. Los funcionarios israelíes llaman a estos asesinatos "ataques preventivos" para evitar el "terrorismo".
Tras el asesinato por parte de Israel de tres hombres palestinos en la ciudad ocupada de Cisjordania, Jenin, el 2 de abril, el primer ministro Naftali Bennett pidió que los "civiles" israelíes con armas de fuego autorizadas pudieran llevarlas en público. La mayoría de los adultos civiles israelíes son, por supuesto, entrenados durante el servicio militar obligatorio para utilizar dichas armas. Según las autoridades de ocupación israelíes, los tres palestinos eran "terroristas" que se dirigían a "llevar a cabo un ataque terrorista".
Los asesinatos se produjeron dos días después de que otros tres palestinos fueran asesinados a tiros en la misma ciudad palestina ocupada; uno de ellos era un niño. También fueron asesinados, según las autoridades de ocupación, para "disuadir" a los "terroristas" palestinos que "planeaban llevar a cabo ataques contra Israel."
Matar a los palestinos con el pretexto de luchar contra el terror nunca ha sido condenado por ningún líder mundial ni por las organizaciones internacionales. Y ello a pesar de que grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la propia B'Tselem de Israel, han investigado tales incidentes y han constatado que en numerosas ocasiones las fuerzas de seguridad de la ocupación israelí llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales de palestinos.
Además, estos asesinatos han sido normalizados por la comunidad internacional, que ha aceptado el mito israelí de que los palestinos son "terroristas" y que su legítima resistencia a la ocupación militar de su tierra es motivo suficiente para que sean asesinados por Israel sin el debido proceso legal. Estos líderes mundiales llegan a apoyar al Estado de ocupación en su "guerra contra el terror [palestino]".
Israel mata a dos mujeres y un hombre palestinos en Cisjordania
La narrativa israelí también es aceptada, por lo general sin cuestionar, por los medios de comunicación occidentales, que están lejos de ser objetivos en su cobertura. Por ejemplo, el New York Times se refirió a los tres palestinos muertos el 2 de abril como "militantes", la misma terminología utilizada por el ejército israelí. También mencionó detalles infundados en el primer párrafo de su informe, transmitiendo la impresión de que los palestinos asesinados eran en realidad "terroristas" muertos durante la "guerra contra el terrorismo" de Israel.
La BBC siguió la misma línea editorial, destacando las afirmaciones israelíes. Tanto el New York Times como la BBC se refirieron a una declaración de la Yihad Islámica, que identificaba a las víctimas como miembros del movimiento y, por tanto, insinuaba con fuerza que eran "terroristas".
Al parecer, los asesinatos aleatorios de palestinos tras cualquier ataque contra israelíes siempre justifican los comentarios provocadores de los funcionarios israelíes. Los objetivos, dicen, estaban bajo vigilancia. Este fue el modelo del 2 de abril -véase este informe en el Times of Israel, por ejemplo- y no es nada nuevo. Ya ha ocurrido antes.
"Israel se enfrenta a una ola de terrorismo árabe asesino", afirmó Bennett tras la muerte de varios israelíes en Tel Aviv. "Las fuerzas de seguridad están trabajando. Combatiremos el terrorismo con persistencia, diligencia y puño de hierro". Sólo cuando se trata de terrorismo "árabe"; se pasa por alto el terrorismo "judío" de los colonos ilegales.
La pertenencia de un palestino a una facción política o a su brazo armado no es prueba de que sea un "terrorista". El derecho a resistir la ocupación militar está consagrado en el derecho internacional; la brutal ocupación israelí no es una excepción. "Terrorismo" es un calumnia conveniente utilizada por Israel para obtener la simpatía y el apoyo internacional, y justificar su violencia de Estado y, sí, el terrorismo contra los civiles palestinos. Mientras tanto, los israelíes son libres de unirse a partidos y organizaciones de extrema derecha y cometer crímenes atroces contra los palestinos, y son alabados por personas como Bennet y su gobierno, así como por sus aliados en Occidente, por hacerlo.
Familiares lloran durante el funeral de Ghada Sabatin, de 47 años, que murió a causa de sus heridas tras ser disparada por soldados israelíes, en el pueblo de Husan, al oeste de la ciudad de Belén, en la Cisjordania ocupada, el 10 de abril de 2022 [Wisam Hashlamoun/Anadolu Agency].
Los colonos israelíes -todos y cada uno de los cuales viven en asentamientos ilegales calificados como crímenes de guerra- están armados hasta los dientes y llevan sus armas abiertamente, defendidos por las fuerzas de seguridad israelíes. Y utilizan sus armas para atacar, herir y matar a los palestinos. Los miembros de las fuerzas de seguridad palestinas también tienen armas de grado militar, y han sido entrenados para usarlas por el principal aliado de Israel, Estados Unidos. ¿Por qué los israelíes hacen la vista gorda cuando disparan miles de balas al aire en bodas, funerales y marchas a favor de la Autoridad Palestina y Fatah? Esas balas tienen que caer al suelo en algún lugar y son una clara amenaza para la vida y la integridad física. ¿Por qué no es esto "terrorismo"? La colaboración en materia de seguridad de la AP con Israel la exime de las represalias israelíes, hasta el día en que sobrepase su utilidad para la ocupación. Ese día llegará, tarde o temprano.
Después de otra incursión israelí en Yenín el 8 de abril, la misma narrativa "terrorista" israelí fue impulsada a través de los medios de comunicación obedientes. Bennet describió la matanza como "un exitoso ataque preventivo". Concedemos plena libertad de acción a las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel], al Shin Bet [agencia de seguridad interna] y a todas las fuerzas de seguridad para erradicar el terrorismo. No hay ni habrá restricciones en esta guerra".
Según el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, el ejército de ocupación que él comandó en su día trabajará para frustrar los "ataques terroristas" y aumentar sus operaciones. Tras el asesinato de otros tres israelíes en Tel Aviv, el ejército detuvo a unos 200 palestinos. "Si es necesario", dijo Gantz, "arrestaremos a miles... La seguridad es lo primero".
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La seguridad palestina no significa nada, por supuesto. Los servicios de seguridad de la AP están para proteger a Israel, no a los palestinos. Sus agentes no se ven por ninguna parte cuando las FDI, la policía israelí y los colonos hacen estragos. La seguridad de los israelíes tiene prioridad sobre todo lo demás; los ocupantes tienen prioridad sobre sus víctimas, los palestinos que viven bajo un régimen de ocupación opresivo.
¿Cuándo podemos esperar que el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, advierta que las fuerzas de seguridad de Israel "actuarán con fuerza contra cualquier intento de ataque" a los palestinos por parte de ciudadanos israelíes? No debemos contener la respiración. El Estado de apartheid de Israel no cree en la igualdad racial.
Si aceptamos, como hace la comunidad internacional, que los palestinos asesinados en Yenín eran terroristas, ¿quién determinó que lo eran y que debían ser asesinados? ¿Por qué el ejército de ocupación israelí impidió que los paramédicos les ayudaran para que al menos tuvieran la oportunidad de recibir tratamiento y un juicio justo? Esos soldados dejaron que se desangraran hasta morir.
Este es un modus operandi habitual de las fuerzas de "seguridad" israelíes: disparan primero y disparan a matar, incluso cuando sus víctimas no suponen claramente una amenaza para nadie. El 10 de abril murieron dos mujeres palestinas en la Cisjordania ocupada. Una de las muertas, Ghada Sbeetan, tenía 47 años, era parcialmente vidente y estaba claramente desarmada. ¿Por qué los soldados israelíes decidieron que merecía morir, le dispararon y la dejaron desangrarse?
A pesar de las pruebas irrefutables de que Israel es un Estado canalla fuera de control, Occidente se toma al pie de la letra su narrativa de "seguridad" y "autodefensa", que vierte armas y dinero en el Estado de ocupación mientras corta la ayuda humanitaria a los palestinos. La resistencia es un derecho legítimo. Es un hecho. ¿Cuánto tiempo más tendremos que aceptar que Occidente acepte las afirmaciones israelíes sobre el "terrorismo" palestino y la matanza de civiles palestinos simplemente para apaciguar al electorado israelí, cuya política es cada vez más de extrema derecha? Es una pregunta perfectamente razonable; por desgracia, es poco probable que obtenga una respuesta razonable y legítima.
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