El ministro español de Asuntos Exteriores afirmó ayer que "no quiere alimentar diferencias inútiles" con Argelia, después de que Madrid cambiara su posición respecto al Sáhara Occidental y respaldara la propuesta de Marruecos de conceder al Sáhara Occidental una autonomía bajo su soberanía.
"No voy a alimentar diferencias fútiles, pero España ha tomado una decisión soberana en el marco de la legalidad internacional y no hay nada más que añadir", dijo José Manuel Albares.
El sábado, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, calificó de "moral e históricamente inaceptable" el cambio de postura de España sobre el Sáhara Occidental.
Tebboune dijo que Argelia "tiene buenas relaciones con España", pero la reciente posición del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sobre la causa saharaui "lo ha cambiado todo".
"No vamos a interferir en los asuntos internos de España, pero Argelia, como Estado observador en el expediente del Sáhara Occidental y también en Naciones Unidas, considera que España es la potencia que gestiona la región mientras no se alcance una solución para este conflicto", añadió Tebboune.
"Lo que aprecio entre todas estas declaraciones es la plena garantía de suministro a España del gas argelino y el respeto a los contratos internacionales", dijo Albares.
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Alrededor de una cuarta parte de las necesidades de gas de España se importan de Argelia.
El 18 de marzo, Madrid anunció su apoyo al plan de autogobierno de Marruecos para el Sáhara Occidental, que consideraba la base "más seria, realista y creíble para resolver el conflicto".
Argelia denunció el "cambio" de posición de Madrid y retiró a su embajador en España al día siguiente.
Marruecos está en conflicto con el grupo separatista Polisario, apoyado por Argelia, por el Sáhara Occidental desde 1975, tras el fin de la ocupación española. Se convirtió en un enfrentamiento armado que duró hasta 1991 y terminó con la firma de un acuerdo de alto el fuego.
Rabat insiste en su derecho a gobernar la región, pero propuso un gobierno autónomo en el Sáhara Occidental bajo su soberanía, pero el Frente Polisario quiere un referéndum para que el pueblo determine el futuro de la región. Argelia ha apoyado la propuesta del Frente y acoge a los refugiados de la región.
El alto el fuego de 1991 llegó a su fin el año pasado después de que Marruecos reanudara las operaciones militares en el paso de El Guergarat, una zona de amortiguación entre el territorio reclamado por el Estado de Marruecos y la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, lo que según el Polisario fue una provocación.
Al lanzar la operación, Marruecos "socavó gravemente no sólo el alto el fuego y los acuerdos militares relacionados, sino también cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera a la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental", dijo Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en una carta a la ONU.