Las fuerzas de ocupación israelíes han convertido Jerusalén en una base militar para asfixiar la mezquita de Al-Aqsa, declaró ayer el gran imam, el sheij Ekrema Sabri.
"Las medidas israelíes en Jerusalén y contra la mezquita de Al Aqsa reiteran los planes sionistas de dominar la ciudad santa", dijo el jeque Sabri.
"Las incursiones israelíes en la mezquita de Al Aqsa se llevan a cabo bajo la protección proporcionada por las autoridades de ocupación", dijo, y añadió que los colonos "no se atreverían a asaltar la mezquita de Al Aqsa sin protección. Esto es una prueba de que son agresores y de que Al Aqsa no es suya".
Más de 600 palestinos han sido detenidos en la mezquita de Al-Aqsa y más de 500 han resultado heridos en las últimas semanas.
El sheij Sabri hizo un llamamiento a todos los países árabes y musulmanes para que realicen todos los esfuerzos políticos y diplomáticos posibles para presionar a la ocupación para que dé marcha atrás en su agresión a Jerusalén, a los jerosolimitanos y a la mezquita de Al-Aqsa.
Dijo que los jerosolimitanos están luchando contra la ocupación en nombre de toda la Ummah, pero subrayó: "esto no exime a todos los musulmanes de cumplir con el deber de defensa".
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