La elección de la administración Biden para su nuevo embajador en Arabia Saudí va a ofender y enfadar al Reino, según ha revelado un antiguo funcionario estadounidense.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, nombró esta semana a Michael Ratney como nuevo embajador en Riad, un diplomático de carrera que ha sido anteriormente enviado especial para Siria y cónsul general en Jerusalén.
Sin embargo, esta elección podría ofender a Arabia Saudí, ya que Ratney difiere de la elección habitual de embajadores de Estados Unidos a la que está acostumbrada. Según David Schenker, que fue subsecretario de Estado para Asuntos de Oriente Próximo entre 2019 y 2021, el Reino prefiere recibir a quienes tienen profundos vínculos militares.
Ejemplos de este tipo de figuras han sido Joseph Westphal, ex subsecretario del Ejército de Estados Unidos, así como James Smith, que ha ocupado cargos ejecutivos en el fabricante de armas estadounidense Raytheon.
"Es un diplomático muy capaz, ha servido en puestos de importancia, se ha recompensado a sí mismo y se le tiene en alta estima", dijo Schenker al sitio de noticias Business Insider. "Pero hemos visto muchas tensiones en la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí y esto no va a ayudar".
La razón de la preferencia saudí por un embajador con vínculos militares se debe, al parecer, a que Washington ha sido, durante décadas, el garante de la seguridad de Riad, con la venta de millones en armas al Reino cada año y con varias bases militares estadounidenses con miles de tropas estacionadas en el país del Golfo.
Además, los embajadores saudíes en Estados Unidos han sido tradicionalmente, y siguen siendo, figuras importantes y a menudo miembros de la familia real, como Jalid bin Salman y, actualmente, la princesa Reema bint Bandar -el primero es hermano y la segunda prima del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman-.
Esa relación y entendimiento, según Schenker, ha constituido la base de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí, y la elección de un diplomático de carrera como Ratney se considera una degradación diplomática para los saudíes.
"La embajadora saudí en Washington es una princesa. Verán esto como una degradación en la relación", insistió Schenker. "Lo entenderán en ese contexto".
La elección de Ratney por parte de la administración Biden -cuyo nombramiento aún está pendiente ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado- se produce en un momento en el que las relaciones entre Washington y Riad son tensas y, como dicen algunos, están en el punto de ruptura.
El deterioro de esas relaciones se debe a una miríada de factores, entre ellos la postura más crítica de la administración Biden con respecto a la guerra saudí en Yemen y los abusos de los derechos humanos que la administración del anterior presidente, Donald Trump.
Los saudíes también parecen tener menos respeto por Biden, ya que lo consideran débil frente a la agresión de Irán y sus grupos proxy en la región, además de considerarlo en general como un anciano senil que no es apto para ocupar su cargo. Eso se vio en la reciente burla de Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, en un sketch cómico de la televisión saudí.
Ese despido de Biden supuestamente dio lugar a que el Reino se negara a recibir sus llamadas y despreciara la petición de su administración de bombear más petróleo ante la invasión rusa de Ucrania y la posible crisis energética que está provocando.
También se reveló este mes que el príncipe heredero MBS gritó al asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, en una reunión el año pasado después de que se sacara a relucir el tema del periodista saudí asesinado, Jamal Khashoggi.