Los recortes en la ayuda internacional al noroeste de Siria por parte de Reino Unido y otros países occidentales están provocando una crisis sanitaria y haciendo que millones de personas en la región se vean afectadas por la escasez de material médico, ha advertido Amnistía Internacional.
Según la organización de derechos humanos, los médicos y los profesionales de la salud del noroeste de Siria le informaron de que cada vez tienen más dificultades para operar adecuadamente con escasos recursos y cantidades inadecuadas de financiación, lo que les obliga a rechazar a los residentes que necesitan atención urgente.
Los recortes en los servicios y la escasez de médicos, informó ayer el grupo, se deben principalmente a las decisiones tomadas el año pasado por los principales donantes, como el Reino Unido y Estados Unidos, de recortar la ayuda a la zona y a sus instalaciones sanitarias. El mantenimiento de los servicios, las instalaciones y los medicamentos, que son gratuitos, dependen totalmente de la ayuda y la financiación internacionales.
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La directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, Lynn Maalouf, ha declarado: "El enorme descenso de la financiación de este último año se ha traducido inmediatamente en el cierre de hospitales y servicios vitales, y ha dejado a millones de sirios -que ya han sufrido el conflicto y la violencia- luchando por acceder a la medicación y a otros servicios sanitarios esenciales."
Maalouf subrayó que "los donantes tienen el poder de rectificar esta devastadora situación. Sus decisiones tienen un impacto directo en el acceso de las personas a la atención sanitaria en un momento en el que están sufriendo más que nunca." Añadió que "lo que está ocurriendo en el noroeste de Siria en estos momentos es una terrible crisis humanitaria".
El anuncio y la advertencia del grupo de derechos humanos se producen días antes de que se celebre una conferencia internacional de ayuda en la capital belga, Bruselas, cuyo objetivo es recaudar y garantizar fondos para los sirios desplazados en su país y en la región, así como para las comunidades que los acogen como refugiados.