El presidente del movimiento tunecino Ennahda, Rached Ghannouchi, confirmó ayer que su partido no teme la rendición de cuentas, y añadió que se han dedicado diez meses a "buscar pruebas con las que condenar a Ennahda", pero que hasta ahora "han fracasado".
Ghannouchi afirmó que su partido no teme la rendición de cuentas: "Dicen que queremos que se rindan cuentas... Bien, adelante, pídannos cuentas... Ahora que han pasado diez meses, adelante, pídannos cuentas".
En una declaración hecha pública ayer, el ministro del Interior, Taoufik Charfeddine, declaró: "Un gran número de personajes [no los nombró] parecen ser patrióticos, políticos y dirigentes de partidos, pero han saqueado el dinero público y han comerciado en nombre de Túnez".
Túnez ha sido testigo de una crisis política después de que el presidente Kais Saied invocara el artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Hicham Mechichi, congelar el trabajo del parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
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