Los libaneses votaron el domingo en las primeras elecciones parlamentarias desde el colapso económico del país, y muchos dijeron que esperaban asestar un golpe a los políticos gobernantes a los que culpan de la crisis, incluso si las probabilidades de un cambio importante parecen escasas, informa Reuters.
Las elecciones, las primeras desde 2018, son vistas como una prueba de si el fuertemente armado Hezbolá, respaldado por Irán, y sus aliados pueden preservar su mayoría parlamentaria en medio de la creciente pobreza y la ira contra los partidos en el poder.
Desde que Líbano votó por última vez, el país se ha visto sacudido por un colapso económico que, según el Banco Mundial, fue orquestado por la clase dirigente, y por una enorme explosión en el puerto de Beirut en 2020.
Sin embargo, aunque los analistas creen que el enfado de la población podría ayudar a los candidatos reformistas a ganar algunos escaños, las expectativas de que se produzca un gran cambio en el equilibrio de poder son escasas, ya que el sistema político sectario del Líbano favorece a los partidos establecidos.
"El Líbano se merece algo mejor", dijo Nabil Chaya, de 57 años, que votaba con su padre en Beirut.
"No es mi derecho, es mi deber, y creo que marca la diferencia. El pueblo ha despertado. ¿Demasiado poco y demasiado tarde? Tal vez, pero la gente siente que el cambio es necesario".
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El colapso ha marcado la crisis más desestabilizadora del Líbano desde la guerra civil de 1975-90, hundiendo la moneda en más de un 90%, sumiendo a cerca de tres cuartas partes de la población en la pobreza y congelando a los ahorradores de sus depósitos bancarios.
Como síntoma del colapso, algunos colegios electorales sufrieron cortes de electricidad, según informaron los medios locales.
"He votado con la esperanza de cambiar todo el gobierno y tener una situación mejor, que la gente encuentre trabajo, pueda comer y beber. Las cosas son muy caras y no hay electricidad ni agua", dijo Khodr al-Ashi, de 62 años, que votaba en Beirut.
En el sur de Líbano, bastión político del movimiento chiíta Hezbolá, Rana Gharib dijo que había perdido su dinero en el colapso financiero, pero que seguía votando por el grupo.
"Votamos por una ideología, no por dinero", dijo Gharib, una mujer de unos 30 años que estaba votando en la aldea de Yater, atribuyendo a Hezbolá la expulsión de las fuerzas israelíes del sur del Líbano en 2000.
Hussein Ismail, de 40 años, también dijo que había perdido dinero en la crisis, pero que eso no le impediría votar por el Movimiento Amal, chiíta aliado de Hezbolá, dirigido por el presidente del Parlamento, Nabih Berri. "Berri nos construyó escuelas, carreteras y hospitales", dijo.
El cierre de las urnas está previsto para las 19:00 horas (1600 GMT), y se esperan resultados no oficiales durante la noche.