El fondo soberano de Arabia Saudí ha adquirido una participación del 5% en el gigante japonés de los videojuegos Nintendo, por valor de 2.980 millones de dólares.
Según un documento presentado ayer ante el Ministerio de Finanzas de Japón, el Fondo de Inversión Pública (PIF) compró 6,5 millones de acciones del fabricante de los emblemáticos juegos Mario y Donkey Kong.
La adquisición convierte al PIF en el quinto mayor accionista de Nintendo, según informó ayer Bloomberg. Nintendo es también la tercera inversión en una empresa de juegos japonesa por parte del fondo de 500.000 millones de dólares, que ya posee una participación del cinco por ciento en el fabricante de las franquicias Street Fighter y Resident Evil, Capcom, y en el proveedor de juegos en línea, Nexon.
"Arabia Saudí ha intensificado sus esfuerzos para crear su propia industria de contenidos, y esta serie de inversiones en empresas de juegos japonesas es probablemente una forma de aprender de Japón", declaró Hideki Yasuda, analista de Toyo Securities.
Big Nintendo news as Saudi Arabia's sovereign wealth fund reports a 5% stake in the Kyoto-based videogame maker, worth around $3 billion.
The Public Investment Fund continues its love of Japanese videogames, having recently reported similar-sized stakes in the likes of Capcom pic.twitter.com/qZ464fAgUR
— Gearoid Reidy リーディー・ガロウド (@GearoidReidy) May 18, 2022
El mes pasado se informó de que la Compañía de Desarrollo de Juegos Electrónicos (EGDC) del reino, que es propiedad de la Fundación Mohammed Bin Salman (MiSK) del príncipe heredero, posee casi la totalidad del desarrollador de juegos japonés SNK, adquiriendo el 96,18%, aumentando su anterior participación del 33,3% en 2020.
También en 2020, el fondo soberano invirtió más de 3.000 millones de dólares en los desarrolladores de juegos estadounidenses Activision Blizzard, Electronic Arts y Take-Two. La primera está siendo adquirida por Microsoft en un acuerdo que se espera que se cierre el próximo año, a la espera de las revisiones regulatorias.
La incursión de Arabia Saudí en el mundo del juego está en consonancia con la Visión 2030 del Príncipe Heredero, que pretende alejar al reino de la dependencia de los ingresos del petróleo y convertirlo en una economía más diversificada. Sin embargo, junto con las acusaciones de "lavado de deportes", se cree que las inversiones de alto perfil en el sector del juego son también un medio para mejorar la imagen del país en el extranjero a la luz de su pobre historial de derechos humanos, el asesinato del periodista Jamal Khashoggi sancionado por el Estado y la guerra en curso contra Yemen, que ya está en su séptimo año.
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