Las organizaciones egipcias de derechos humanos han anunciado el deterioro de la salud de Aisha Al-Shater, hija del líder de los Hermanos Musulmanes Khairat Al-Shater, durante su detención en la prisión de mujeres de Al-Qanater.
Aisha está sufriendo graves complicaciones de salud, como una insuficiencia de la médula ósea, que ha provocado una escasez de células sanguíneas, incluidas las plaquetas y los glóbulos rojos.
En un informe, la Red Egipcia de Derechos Humanos (ENHR) reveló el sufrimiento de Aisha y exigió su liberación. Aunque ha superado el periodo de dos años de prisión preventiva estipulado por la ley egipcia, no ha sido puesta en libertad y se han rechazado las peticiones de excarcelación por motivos de salud.
En la última sesión judicial, el Tribunal de Seguridad del Estado de Emergencia decidió permitir que Aisha fuera tratada por hematólogos y oncólogos.
Aisha ha sufrido muchas violaciones graves desde su detención el 1 de noviembre de 2018, dentro de la sede de la Seguridad Nacional en Abbasiya y en la prisión de mujeres de Qanater, incluyendo tortura física por golpes, descargas eléctricas, abusos psicológicos y malos tratos. Se le vendaron los ojos casi permanentemente y estuvo desaparecida por la fuerza durante tres semanas. A su familia no se le ha permitido visitarla, llamarla o comunicarse con ella de ninguna manera desde su traslado a la prisión de mujeres de Al-Qanater.
También se registraron otras violaciones contra Aisha, como el confinamiento en solitario durante más de un año, el hecho de obligarla a llevar ropa ligera durante el invierno en una celda sin calefacción, el registro injustificado de su celda, el despojo de sus simples objetos personales, la privación de atención médica adecuada y el esposamiento durante toda su estancia médica en el hospital Al-Qasr Al-Aini.
La Fiscalía acusa a Aisha de haber asumido funciones de liderazgo en un grupo terrorista no identificado entre 2014 y 2021: "Con el fin de trabajar para perturbar las disposiciones de la Constitución y las leyes e impedir que las instituciones del Estado y las autoridades públicas ejerzan sus acciones y perjudicar la unidad nacional y la paz social."
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La Fiscalía acusó a Aisha, a su marido y a otras personas de poseer publicaciones y grabaciones que promovían al grupo terrorista no identificado, así como de proporcionarles ayuda financiera.
Todos los acusados encarcelados en el caso niegan las acusaciones.
Las organizaciones de derechos humanos calculan que el número de detenidos políticos en Egipto es de unos 60.000, desde que el presidente Abdel Fattah Al-Sisi asumió el cargo en 2014, tras su golpe de Estado contra el primer presidente civil elegido democráticamente, el fallecido Mohamed Morsi.
Tras el golpe, las autoridades lanzaron una represión masiva contra islamistas, liberales, académicos, periodistas, abogados y activistas, así como contra antiguos o posibles candidatos presidenciales, la mayoría de los cuales siguen en prisión.