En un cínico intento de calmar a la población egipcia por las recientes subidas de precios, el presidente Abdel Fattah Al-Sisi ha sugerido que los egipcios coman hojas de los árboles como hacía el Profeta (la paz sea con él).
#السيسي: أخشى أن نكون جاحدين لفضل ربنا وأن نقع تحت قول الله "أمرنا مترفيها ففسقوا فيها" فبسبب الجهل وقلة الوعي نخرب ما يتم إنجازه pic.twitter.com/lez7ZbvuR7
— الجزيرة مصر (@AJA_Egypt) May 21, 2022
"Sisi dice que no le preocupa que alguien diga que un kilo de okra cuesta 100 libras egipcias porque los egipcios son conscientes de que "los Compañeros del Profeta [saws] estuvieron atrapados con el Mensajero en las afueras de La Meca durante 3 años mientras comían hojas. No pidieron al Mensajero comida ni que la tierra explotara bajo ellos [con riquezas]".
El tuit se refiere al asedio contra los musulmanes por parte de Quraish, que terminó con la muerte de la primera esposa del Profeta, Khadijah, y con la pérdida de todas sus riquezas. Ese año se conoce como el Año del Dolor y fue el peor en la vida del Profeta (saws).
Al-Sisi continuó diciendo que durante ese tiempo los musulmanes no se quejaron, sugiriendo que los egipcios debían ser pacientes y no exigir soluciones inmediatas.
En marzo, Egipto acudió al FMI por tercera vez en seis años para solicitar un préstamo mientras el país se enfrenta a la corrupción, a la pandemia mundial de coronavirus y, ahora, a la guerra rusa contra Ucrania.
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Los analistas han pronosticado que una nueva subida de los precios de los combustibles y los alimentos podría avivar los disturbios civiles en Egipto, donde un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Al-Sisi ha hecho una serie de comentarios escandalosos a lo largo de los años que, según sus críticos, son para desviar la responsabilidad por su mal manejo de la economía y por gastar dinero en proyectos de vanidad como la nueva capital en lugar de construir un estado de bienestar.
En 2017, Al-Sisi fue objeto de burlas en Internet por pedir a los ciudadanos que donaran sus monedas de cambio a proyectos de caridad.
También ha pedido a los egipcios que pierdan peso para ahorrar dinero después de que el precio de la fruta y la verdura se disparara tras las reformas económicas del gobierno que recortaron las subvenciones a los alimentos.
Un miembro de los servicios de seguridad egipcios, Mohamed Mansour, dijo que era "grosero" quejarse del aumento de los precios y la escasez de alimentos y pidió a los egipcios que "sacrifiquen su cena" por el bien del país.
En 2019, el presidente pidió a los egipcios que trabajaran 12 horas diarias para aumentar la producción económica.