Las tensiones entre Irán y Occidente han vuelto a alcanzar un punto de ebullición mientras el organismo de control nuclear de la ONU intenta aprobar una resolución contra Teherán en medio del estancamiento de las conversaciones nucleares, informa la Agencia de Noticias Anadolu.
En un tono desafiante, el jefe de la agencia nuclear iraní, Mohammad Eslami, dijo el lunes que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) debe resistir la presión política y cumplir con su constitución y misión.
Acusó al organismo de vigilancia de basarse en los informes de los "enemigos" de Irán, y dijo que la Agencia no ha adoptado una visión crítica de una serie de ataques a las instalaciones nucleares iraníes.
Las declaraciones de Eslami se produjeron en respuesta a las declaraciones del jefe del OIEA, Rafael Grossi, en la reunión de la Junta de Gobernadores de la agencia nuclear de la ONU celebrada el lunes en Viena, en la que acusó a Irán de no mitigar las preocupaciones sobre su programa nuclear al negarse a dar respuestas sobre los rastros de uranio en tres emplazamientos no declarados.
La reunión en Viena ha sido convocada para debatir el informe anual del OIEA para 2021, que es muy crítico con el programa nuclear iraní.
El informe ha llevado a EE.UU. y a sus tres aliados europeos -Reino Unido, Francia y Alemania- a redactar una resolución antiiraní que, de ser adoptada, probablemente afectará a la cooperación de Irán con la agencia nuclear de la ONU.
La reunión, que se prolongará hasta el viernes, determinará el destino del acuerdo nuclear con Irán de 2015 y de las conversaciones de Viena, especialmente si la Agencia adopta la resolución impulsada por EEUU y el E3, según los observadores.
Viaje a Israel
Grossi, cuya visita a Israel en vísperas de la reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA agitó el avispero, dijo que las respuestas recibidas por la agencia nuclear de la ONU de parte de Irán "no han sido técnicamente creíbles".En su visita a Israel, el funcionario de la ONU dijo que no enviaba "absolutamente ningún mensaje" sino que decía a los funcionarios israelíes que "dejaran trabajar al OIEA".
Además, dijo que a nadie le interesa que la cooperación entre el Organismo e Irán disminuya aún más, y añadió que ambas partes deben sentarse y aclarar las cuestiones pendientes.
En respuesta, Eslami dijo que el jefe del OIEA "carecía de la voluntad seria de calificar las respuestas de Irán a la agencia de la ONU como convincentes".
Dijo que la participación de Irán en la energía mundial era del 3%, pero que el 25% del trabajo de los inspectores del OIEA se centraba en su país.
Sin especificar la reacción de Irán a la posible resolución en la reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA, el máximo responsable nuclear dijo que la decisión de enriquecer uranio hasta el 90% de pureza, desde el 60% actual, corresponde a los funcionarios competentes.
Sin embargo, añadió que las "resoluciones que se están discutiendo" en la reunión de Viena "no crearán una nueva situación" y que Irán continuará sus "actividades nucleares pacíficas independientemente del destino del acuerdo nuclear."
Impacto negativo
A primera hora del día, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, dijo que Irán "responderá proporcionalmente" a cualquier acción que se tome contra él en la reunión del OIEA.
Subrayó que el informe anual del Organismo presenta una "narrativa vaga y descabellada" sobre las acciones y los planes de Irán, y añadió que la resolución impulsada por EEUU y el E3 tiene "trazas" de Israel y debe ser rechazada.
Advirtió que la resolución tendrá "un impacto negativo" en la cooperación de Irán con el OIEA, así como en las negociaciones para salvar el acuerdo de 2015, que siguen estancadas por desacuerdos clave entre Teherán y Washington.
El domingo, el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, dijo que había hablado con el jefe de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, sobre las conversaciones de Viena, y añadió que los que impulsan la resolución anti-Irán "serán responsables de todas las consecuencias".
Irán y las potencias mundiales firmaron el histórico acuerdo nuclear en 2015, que alivió las sanciones económicas a Teherán a cambio de límites a las actividades nucleares del país.
En mayo de 2018, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró unilateralmente a su país del acuerdo, a lo que siguió el restablecimiento de las sanciones a Irán.
Un año después, Irán comenzó a reducir sus compromisos en el marco del acuerdo, aumentando el enriquecimiento nuclear más allá del 3,65% estipulado en el acuerdo.
Desde el pasado mes de abril, en Viena, se están llevando a cabo esfuerzos para salvar el acuerdo, sin que hasta ahora se hayan producido avances significativos.