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La disputa por la frontera marítima entre Israel y Líbano obstruye el desarrollo energético

Un buque de la marina israelí es fotografiado frente a la costa de Rosh Hanikra, una zona en la frontera entre Israel y Líbano (Ras al-Naqura), el 6 de junio de 2022 [JALAA MAREY/AFP vía Getty Images].

Una disputa entre Israel y Líbano sobre su frontera marítima ha obstruido la exploración energética en el Mediterráneo oriental y corre el riesgo de exacerbar las tensiones entre dos enemigos.

Tras meses de estancamiento en las conversaciones mediadas por Estados Unidos, Beirut advirtió el domingo contra cualquier actividad en la zona en disputa, en respuesta a la llegada de un buque para explotar un yacimiento para Israel. Líbano ha dicho que el campo en cuestión, Karish, está en aguas disputadas. Israel lo niega.

Esto es lo que hay que saber sobre el enfrentamiento:

¿Qué está en juego?

El gas, que puede ser muy abundante.

Líbano e Israel están situados en la cuenca del Levante, donde se han descubierto varios grandes yacimientos de gas submarino desde 2009. Israel ya produce y exporta gas.

Pero mientras Israel ha avanzado, las esperanzas libanesas de producir energía se han visto frenadas por la parálisis política.

El único intento de perforación de Líbano -un pozo exploratorio en 2020- encontró rastros de gas pero ningún yacimiento, según la francesa Total, que forma parte de un consorcio con la italiana ENI y la rusa Novatek al que se le concedió la primera licencia de petróleo y gas en alta mar de Líbano en 2018.

Un hallazgo de gas sería una gran ayuda para el Líbano, que está sumido en una crisis financiera desde 2019. A la larga, un descubrimiento de este tipo podría arreglar la prolongada incapacidad del Líbano para producir electricidad adecuada para su población.

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Funcionarios israelíes han dicho anteriormente que esperan que las negociaciones duren poco tiempo y que un acuerdo fortalezca las economías de ambos países.

Pero aunque un acuerdo podría permitir que ambas partes se beneficiaran, la cuestión podría suponer un riesgo de conflicto si no se resuelve.

El Líbano es el hogar de Hezbolá, fuertemente armado y respaldado por Irán, que ha librado numerosas guerras con Israel y ha advertido anteriormente a este país que no debe perforar en la zona en disputa.

¿Cuál es el motivo de la disputa?

Líbano e Israel están enfrentados por el límite que separa sus zonas económicas exclusivas, una zona de alta mar que un país puede reclamar para la extracción de recursos.

Israel afirma que la frontera va más al norte de lo que acepta Líbano, mientras que Líbano afirma que va más al sur de lo que acepta Israel, dejando un triángulo de aguas en disputa.

Tras el inicio de las negociaciones indirectas en 2020, Líbano amplió su reclamación. Israel hizo entonces lo mismo.

Karish pasó a formar parte de la zona que Líbano disputaba después de que Beirut ampliara su reclamación, según Laury Haytayan, un experto libanés en petróleo y gas.

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El Líbano ha declarado que Karish se encuentra en la zona en disputa en una carta dirigida a las Naciones Unidas, dijo la Presidencia el domingo.

Israel afirma que el yacimiento de Karish, descubierto hace más de una década, se encuentra en su zona económica exclusiva. La ministra de Energía israelí, Karin Elharrar, dijo que la versión libanesa estaba "muy lejos de la realidad".

¿Qué piensa Hezbolá?

Hezbolá es un enemigo jurado de Israel desde que fue creado en 1982 por la Guardia Revolucionaria de Irán. El grupo ha dicho que las conversaciones no son una señal de pacificación y ha amenazado con actuar si Israel viola los derechos de los libaneses.

Pero Hezbolá está más involucrado que nunca en los asuntos del Estado libanés y quiere que se desarrollen los recursos energéticos de Líbano en el mar. No se ha interpuesto en el camino de las conversaciones indirectas mediadas por Estados Unidos y ha dicho que aceptará lo que el gobierno acuerde.

¿Existe riesgo de conflicto?

La última gran guerra entre Israel y Hezbolá en Líbano fue en 2006. La zona fronteriza ha permanecido en gran medida en calma desde entonces. Los analistas creen que ambas partes quieren evitar otro conflicto.

Pero el líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, dijo el año pasado que Israel se equivocaba si pensaba que podía actuar a su antojo antes de que se alcanzara una solución, y que el grupo "actuaría en consecuencia" cuando comprobara que el petróleo y el gas libaneses estaban en peligro.

Tras la última disputa, Líbano dijo que invitaría a un enviado de Estados Unidos a reanudar las negociaciones para evitar cualquier escalada, y el ministro de Defensa de Israel afirmó que el asunto era una cuestión civil que debía resolverse por vía diplomática.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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