Más de 800 mezquitas en Alemania han sido objeto de amenazas y ataques desde 2014 pero, en la mayoría de los casos, los delitos no se investigaron adecuadamente, según Brandeilig, una iniciativa del grupo de derechos FAIR International, informa la Agencia de Noticias Anadolu.
El grupo, que ha fundado el primer centro de información de Alemania sobre ataques a mezquitas, registró casi 840 incidentes de ataques, vandalismo y amenazas entre 2014 y 2022.
Un análisis detallado de los delitos en 2018 reveló que los autores permanecieron sin identificar en la mayoría de los ataques, lo que alimentó nuevos ataques contra lugares de culto musulmanes por parte de neonazis o extremistas de izquierda.
Entre los 120 ataques registrados contra mezquitas en 2018, solo en nueve casos se pudo identificar a los autores.
"Esta tasa es preocupante", subrayan los expertos de Brandeilig, que señalan que en al menos 20 casos, que incluyen ataques incendiarios, los sospechosos pretendían causar la muerte o grandes daños corporales.
"En general, los agentes de policía llegaron al lugar de los hechos con gran rapidez y comenzaron inmediatamente la investigación. Sin embargo, casi ninguno de los incidentes ha podido ser resuelto hasta hoy", dijeron los expertos.
El peligro actual para los musulmanes debe ser aceptado por las autoridades alemanas".
El sociólogo y politólogo Yusuf Sari declaró a la Agencia Anadolu: "En nuestra opinión, uno de los hallazgos más importantes es que las comunidades de las mezquitas no informaron sobre esto, a pesar de que ya habían sido atacadas muchas veces".
"Además, la mitad de los ataques provienen de la extrema derecha y, en la mayoría de los casos, los autores no han sido capturados.
"Esto significa que los autores siguen siendo una amenaza para los musulmanes", dijo.
"También es importante señalar que las comunidades suelen quedarse solas después de un atentado y no reciben ninguna ayuda, ni espiritual ni material", señaló Sari.
Hizo sugerencias para solucionar los problemas mencionados en el informe y explicó sus expectativas respecto a las autoridades alemanas: "Como primer paso, debería aceptarse el peligro actual para los musulmanes".
"En general, esperamos que las autoridades hagan más en la lucha contra el racismo antimusulmán. La solidaridad con las comunidades musulmanas debería aumentar, y las comunidades de las mezquitas deberían recibir apoyo, incluso financiero, después de un ataque".
"Pero uno de los puntos más importantes es el esclarecimiento de los casos y la captura de los autores, ya que de lo contrario esto sería un incentivo para los autores", dijo.
"Nosotros, por supuesto, registramos las cifras actualizadas y los atentados", dijo Sari, añadiendo que observan un aumento en el número de ataques contra las mezquitas y los musulmanes.
Necesidad de cambio
"La presencia de un número muy reducido de sospechosos es alarmante", señaló, mencionando que era sorprendente que las autoridades alemanas hayan capturado a un número muy reducido de autores hasta la fecha.
"Algo tiene que cambiar, especialmente en este momento, si queremos hacer frente a la extrema derecha y evitar que la gente sufra daños graves en el futuro", declaró.
"Los ataques a las mezquitas no deben subestimarse bajo ninguna circunstancia", añadió.
"Esperamos haber hecho una pequeña contribución a la cuestión del racismo antimusulmán con nuestro informe.
"Deseamos aumentar la solidaridad con las comunidades de las mezquitas y esperamos que los ataques contra los musulmanes en Alemania disminuyan", dijo Sari.
Los extremistas de izquierda y los seguidores del grupo terrorista YPG/PKK estuvieron detrás de varios atentados contra mezquitas, mientras que la mayoría de ellos fueron cometidos por extremistas de derecha o grupos neonazis, según el informe.
Alemania, un país de más de 83 millones de habitantes, tiene la segunda mayor población musulmana de Europa Occidental, después de Francia. Entre los casi 5,3 millones de musulmanes del país, 3 millones son de origen turco.
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