El deterioro de las relaciones entre Israel y Rusia se ha hecho notar recientemente tras algunos acontecimientos que ensombrecen a ambos países. Entre ellos, el bombardeo del aeropuerto internacional de Damasco por parte de Israel y su continuo alineamiento con Occidente respecto a Ucrania, así como su acuerdo con la UE para suministrar gas natural como alternativa a Rusia.
El ataque al aeropuerto interrumpió los servicios comerciales y suscitó preguntas sobre el verdadero objetivo de esta escalada hacia Siria. Fue el primer ataque de este tipo desde el inicio de la agresión israelí en 2013.
El intercambio de acusaciones al respecto no se limitó a Tel Aviv y Teherán; también implicó a Moscú. El embajador de Israel en Rusia, Alex Ben-Zvi, fue convocado a una reunión en el Ministerio de Exteriores ruso para dar más detalles sobre el atentado. El viceministro de Asuntos Exteriores, Mijail Bogdanov, subrayó que el Kremlin no permitirá que Siria se convierta en un campo de batalla para otros países.
Según Moscú, las explicaciones israelíes no son aceptables, y emitió una enérgica condena del ataque, que calificó de "acto irresponsable" y de violación del derecho internacional. Este tipo de ataques, dijo Rusia, no sólo suponen graves riesgos para el tráfico aéreo internacional, sino que también ponen en peligro la vida de personas inocentes. Exigió a Israel que ponga fin a estas prácticas "perversas". Las explicaciones de Israel se centraron en informes de inteligencia e imágenes de satélite que revelaron que una de las líneas de transporte sirve a la parte civil del aeropuerto, mientras que la otra ruta sirve a la militar, y que se veían vehículos pesados cerca de las pistas.
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Está claro que la tensión en Rusia no se debe al amor por el régimen sirio, ni a la preocupación por el aeropuerto, porque la agresión israelí contra Siria lleva nueve años. La objeción de Rusia parece estar vinculada a la posición de Israel a favor de Occidente con respecto a la guerra rusa en Ucrania. En respuesta, Moscú ha dicho a Israel que esta postura puede significar que sus aviones no sean autorizados a utilizar el espacio aéreo sirio.
Mientras tanto, Rusia es consciente de que la retirada gradual de sus tropas de Siria para que puedan desplegarse en Ucrania llevará a las partes beligerantes en el territorio sirio a intensificar sus ataques aéreos, especialmente a Irán e Israel, convirtiendo el país en una zona sin ley, y en un nuevo escenario de enfrentamientos militares que han sido subestimados durante años. Para Rusia será difícil luchar en ambos frentes, por lo que ha advertido a Israel de que no intensifique sus ataques aéreos contra objetivos iraníes en Siria.
Además, Moscú anunció recientemente que nueve israelíes han muerto luchando junto a las fuerzas ucranianas, aunque a título personal. La noticia provocó una nueva disputa entre Rusia e Israel, que no negó que sus ciudadanos estén en las filas ucranianas. Aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí no comentó la noticia rusa, está claro que este asunto representa un añadido sustancial a las crisis que han estallado entre Moscú y Tel Aviv desde el estallido de la guerra en Ucrania hace cuatro meses. Según Rusia, 35 israelíes combatían junto a los ucranianos, nueve de los cuales murieron. Otros ocho que lucharon contra Rusia ya han abandonado Ucrania, por lo que quedan 18 en las fuerzas armadas ucranianas.
De hecho, Rusia ha acusado a Israel de apoyar al "régimen neonazi de Kiev" desde el estallido de la guerra, añadiendo que "mercenarios" israelíes luchan contra el ejército ruso. El Gran Rabino de Rusia, Moshe Asman, ha afirmado que 200 israelíes están luchando junto a los ucranianos.
La revelación de esta noticia por parte de Moscú coincidió con el anuncio de que está redactando un proyecto de resolución sin precedentes contra Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU en relación con el bombardeo del aeropuerto de Damasco. El proyecto afirma que el ataque violó el derecho internacional, socavó la estabilidad regional y violó la soberanía de Siria. Por ello, los responsables deben rendir cuentas, entre otras cosas porque ha repercutido en el flujo de la tan necesaria ayuda humanitaria en Siria.
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Está claro que asistiremos a una escalada de las crisis entre Moscú y Tel Aviv, especialmente si Moscú excluye a los aviones israelíes del uso del espacio aéreo sirio.
Además, un acuerdo para suministrar gas del Estado de ocupación a Europa a través de Egipto, acordado en el Foro Regional del Gas del Mediterráneo Oriental (EMGF), podría provocar otra crisis con Rusia, según filtraciones de Israel. El acuerdo forma parte del esfuerzo de Europa por conseguir un proveedor alternativo en lugar de Rusia.
En un momento en que la crisis energética mundial representa una gran oportunidad para que Israel exporte el gas natural palestino robado, da a Moscú una razón para imponer más restricciones al acceso de Europa a este tipo de suministros energéticos. Esto, a su vez, indica otra posible disputa entre Moscú y Tel Aviv.
Las diferencias entre ambos surgieron cuando Israel se puso del lado de Occidente en la guerra de Ucrania. Se intensificaron con los ataques israelíes a instalaciones iraníes en Siria, el último de los cuales fue el bombardeo del aeropuerto internacional de Damasco. Ahora está el acuerdo de gas entre Israel y la UE para proporcionar un proveedor alternativo y evitar violar las sanciones europeas contra Rusia.
Ninguna de las partes sabe realmente a dónde conduce esto, pero el largo período de luna de miel está llegando a su fin. Puede que sea temporal, pero aún existe la posibilidad de una nueva escalada en los próximos días.
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