El Movimiento de Resistencia Islámica Palestina, Hamás, celebró el viernes el informe de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (UNOCHA) que arroja luz sobre el asedio israelí a Gaza.
En un comunicado, el portavoz de Hamás, Abdel-Latif Al-Qanou, declaró: "este informe se considera un nuevo documento de la ONU que se suma a una serie de documentos anteriores que vigilan los crímenes y violaciones de la ocupación sionista".
Al-Qanou pidió a la comunidad internacional que haga responsable a Israel de su "opresión y agresión" contra los palestinos.
También pidió a la comunidad internacional que presione a la ocupación israelí para que ponga fin a sus violaciones y ataques contra los palestinos, así como para que levante su opresivo asedio a Gaza.
El informe de la UNOCHA compartió que el bloqueo terrestre, marítimo y aéreo de Israel: "Ha exacerbado significativamente las restricciones anteriores, limitando el número y las categorías específicas de personas y bienes que se permiten entrar y salir a través de los cruces controlados por Israel".Según el informe: "las fuerzas israelíes restringen el acceso a la costa de Gaza, y actualmente sólo permiten a los pescadores acceder al 50% de las aguas pesqueras asignadas para este fin en virtud de los Acuerdos de Oslo".
También informó: "Los niveles de desempleo en Gaza se encuentran entre los más altos del mundo: la tasa de desempleo en el primer trimestre de 2022 fue del 46,6%, frente a una media del 34,8% en 2006. El desempleo juvenil para el mismo periodo (de 15 a 29 años) se sitúa en el 62,5%".
El informe añadía: "El 31% de los hogares de Gaza tiene dificultades para satisfacer las necesidades educativas esenciales, como las tasas de matrícula y los libros, debido a la falta de recursos financieros, y 1,3 millones de los 2,1 millones de palestinos de Gaza (el 62%) necesitan ayuda alimentaria."
El informe también señalaba que la única central eléctrica de Gaza y la electricidad comprada a Israel sólo cubren alrededor del 50% de la demanda de electricidad en Gaza, mientras que el 78% del agua canalizada en Gaza no es apta para el consumo humano.