El régimen sirio de Bashar al-Assad obtuvo un beneficio de al menos 5.700 millones de dólares gracias a su floreciente comercio de estupefacientes solo el año pasado, ya que sigue contrabandeando las píldoras de captagon en todo el mundo.
Desde 2019, se han capturado e interceptado cargamentos con decenas de millones de pastillas de captagon -un tipo de narcótico altamente adictivo utilizado como alternativa a la anfetamina- por todo el Mediterráneo y la región del Golfo. Entre los casos más conocidos se encuentran la interceptación por parte de las autoridades saudíes de 44 millones de pastillas en abril de 2020 y la incautación por parte de las autoridades italianas de más de 84 millones de pastillas.
Esas píldoras están ocultas en artículos básicos y desprevenidos que se compran en todo el mundo, como rollos de papel, neumáticos de goma y componentes de máquinas. Muchos pensaron inicialmente que el grupo terrorista Daesh era el responsable de su producción y distribución.
Sin embargo, más tarde se descubrió que el régimen sirio de Bashar al-Assad y sus milicias afiliadas producen las drogas y llevan a cabo operaciones de contrabando por todo Oriente Medio y Europa en un esfuerzo por conseguir fondos y eludir las sanciones internacionales.
Un informe del periódico alemán Der Spiegel corrobora este hecho, revelando que el régimen de Assad está obteniendo lucrativos beneficios del comercio ilegal. Citando al New Lines Institute, con sede en Washington, decía que una estimación conservadora de los beneficios asciende al menos a 5.700 millones de dólares sólo en 2021, mientras que otros grupos de reflexión y agencias de inteligencia occidentales sitúan los beneficios totales del comercio de narcóticos sirios en decenas de miles de millones.
Estas estimaciones son al menos varias veces superiores a las exportaciones legales del país, lo que significa que el régimen de Assad, fuertemente sancionado, está sobreviviendo principalmente de los beneficios de ese comercio mundial ilegal. Muchos han apodado a la Siria de Assad como un "narcoestado".
"Creo que el régimen de Assad no sobreviviría a la pérdida de los ingresos del Captagon", dijo el periódico alemán citando al ex enviado especial de Estados Unidos para Siria, Joel Rayburn. Assad, su régimen y su red familiar no son ajenos o sólo beneficiarios indirectos del comercio, insistió, sino que "son el cártel".
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Según el informe, una figura clave a la cabeza de las operaciones de contrabando de captagón es Maher al-Assad -el hermano del presidente Assad- y su Cuarta División del Ejército, que comanda y controla los envíos del producto que salen del puerto norteño de Latakia. Esa unidad militar supuestamente gana 300.000 dólares por cada contenedor, lo que la convierte en una de las principales partes interesadas y beneficiarias del comercio.
El reportaje de Der Spiegel también revela la implicación de figuras y empresarios con vínculos en Europa, que fueron identificados tras la interceptación de las comunicaciones telefónicas por parte de las autoridades europeas y los equipos de investigación. Una de esas figuras era un empresario sirio identificado como Iyad C., que dirigía la logística de las operaciones de contrabando y que vivía en diversas localidades, entre ellas la ciudad alemana de Speyer, a la que huyó su familia en 2015.
Los investigadores relacionan más de una tonelada de hachís y más de una tonelada de Captagon -con un valor en la calle de unos 130 millones de euros (135,5 millones de dólares)- con Iyad C. y su equipo, el hombre fue detenido recientemente en Alemania mientras visitaba a su familia. Su juicio comenzará en breve en la ciudad alemana de Essen, junto con el de otros dos sirios y un argelino.
Los investigadores también demostraron que el individuo y su equipo tenían conexiones directas con el régimen de Assad en sus operaciones, ya que se escuchó a uno de los presuntos cómplices -Mohamad B.- alardear en una conversación telefónica interceptada sobre sus excelentes y continuos lazos de amistad con miembros de la familia Assad.
Otra revelación del informe es que el verdadero destino de las píldoras de Captagon son los países árabes del Golfo, y que las píldoras se envían a propósito a Europa para que sean interceptadas por las autoridades fronterizas en un esfuerzo por engañar a los funcionarios de aduanas saudíes y emiratíes. Las píldoras que no son interceptadas son reenvasadas y enviadas al Golfo, ya que los funcionarios fronterizos árabes apenas examinan los contenedores procedentes de Europa.
Según el informe, un funcionario alemán anónimo subrayó que "los envíos son demasiado lucrativos. Un contenedor que puede aportar cientos de millones de euros, atrae a los delincuentes como moscas. Tenemos que ponerle fin". Añadió que las autoridades sirias "están produciendo el material como si no hubiera un mañana".