A pesar de las numerosas crisis políticas que asolan Oriente Próximo, la región aún tiene capacidad para alcanzar la independencia energética. El Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, formado por Chipre, Egipto, Francia, Grecia, Israel, Italia, Jordania y Palestina en 2019, es un indicador alentador de que los países de la región pueden unirse para enmarcar una estrategia energética ambiciosa. Dicha estrategia puede transformar el organismo en un proveedor de energía limpia para Europa y cortar la dependencia de Occidente de los suministros rusos.
La probabilidad de que esto se haga realidad ha aumentado después de que incluso Israel y Palestina firmaran un acuerdo, el primero de este tipo en la historia, para aumentar la cooperación entre los países árabes y europeos.
En este sentido, los activistas de Oriente Medio del Centro de Análisis Político Europeo (CEPA) han aumentado las expectativas tras su propuesta de un "acuerdo verde-azul" para limpiar el suministro energético de Oriente Medio y reducir las emisiones. El programa fomenta la cooperación jordana, palestina e israelí para crear un intercambio de agua y energía renovable.
La crisis climática se describe a menudo como un multiplicador de amenazas, en el que la escasa capacidad de adaptación de un Estado o una región para hacer frente a las implicaciones negativas del cambio climático puede amenazar la estabilidad y la seguridad nacional. En Oriente Medio, la incapacidad de resolver los problemas de escasez de agua ya existentes es un problema de seguridad nacional para muchos países, que el cambio climático va a multiplicar hasta socavar la estabilidad regional.
Según un informe de EcoPeace Oriente Medio, el cambio climático puede verse igualmente como un multiplicador de oportunidades en la región, donde un país o países podrían ver las amenazas que plantea el cambio climático como una oportunidad para reconsiderar las políticas existentes y decidir trabajar a través de las fronteras. Al realizar estos ajustes, estos países aumentarían sus capacidades para lograr resultados más sostenibles, equitativos y prósperos. Por ello, el "Green Blue Deal" propone aprovechar el sol y el mar para crear agua desalinizada en toda la región y seguridad energética para todas las naciones.
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Estos logros no llegarán de la noche a la mañana. Los países de la región tendrán que resolver sus diferencias antes de poder contribuir a un cambio efectivo. Por ejemplo, Israel tendrá que garantizar un reparto más justo del suministro de agua para los palestinos tanto en Israel como en los territorios ocupados. Del mismo modo, también es necesario lograr un reparto más equitativo del agua con Jordania. Hay que apoyar plenamente el proyecto de Corredor Verde de Jordania -destinado a acoger la energía generada por fuentes renovables- que recorre la espina dorsal de Jordania entre Aqaba y Ammán. Esto aumentará las oportunidades de empleo verde y el desarrollo en torno al valle del Jordán.
En cuanto a la cuestión de la amenaza de Rusia a los suministros energéticos europeos, puede abordarse con soluciones imaginativas que impliquen a todo Oriente Medio, especialmente a los principales productores de energía.
En este contexto, la próxima Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático (COP27), que se celebrará en noviembre en Egipto, podría ser el momento y el lugar ideales para que las partes anuncien la ampliación del foro más allá del gas para convertirlo en un foro de seguridad energética-climática.
Actualmente, las partes interesadas ya están planeando cómo aprovechar estas oportunidades. El evento "Camino a la COP27", organizado por la Cámara de Comercio Egipcia-Británica en colaboración con HSBC Egipto, tiene como objetivo identificar las oportunidades actuales y futuras y planificar estrategias y objetivos. También se planificará cómo aumentar la colaboración ecológica en el sector energético. El director general de HSBC Egipto, Todd Wilcox, ya ha destacado la importancia de la Zona Económica de Suez como el mejor lugar para la inversión en energía sostenible.
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"El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) apoya los esfuerzos de la Zona Económica del Canal de Suez (SCZone) para desarrollar un entorno empresarial eficiente, competitivo y ecológico que resulte atractivo para los inversores internacionales. Se trata de una oportunidad increíble para construir un entorno energético sostenible para la UE y Oriente Medio". dijo Wilcox, destacando el acuerdo sobre energía verde de 3.000 millones de dólares de la SCZONE con la empresa francesa EDF Renewables.
Está claro que el camino sigue siendo claro para la creación de confianza con el fin de lograr avances en materia de medio ambiente en 2022 entre Europa y Oriente Medio. Sin embargo, los países de Oriente Medio deben unirse para luchar contra el cambio climático y los oligarcas de la energía para construir una alianza fuerte que apoye la independencia energética europea. En este escenario no puede haber perdedores. Sólo puede ser una situación en la que todos salgan ganando.
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.