Una delegación de altos funcionarios egipcios e iraníes mantuvo una reunión secreta en Mascate el mes pasado, durante la visita del presidente Abdel Fatah Al-Sisi al sultanato, según Al-Araby Al-Jadid, citando fuentes diplomáticas egipcias.
Durante la reunión del 27 de junio, ambas partes habrían acordado ampliar las relaciones bilaterales, además de discutir la situación en la Franja de Gaza y en Siria.
A principios de ese mes, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, declaró que no había habido negociaciones directas entre El Cairo y Teherán, pero confirmó que se estaban realizando esfuerzos para normalizar los lazos entre ambos países.
"Egipto es un país importante en el mundo islámico y el desarrollo de las relaciones naturales entre Teherán y El Cairo redunda en el interés de ambas naciones", añadió.
Las fuentes también dijeron a Media Line que El Cairo descartó unirse a una alianza militar contra Irán, que ha sido descrita como una "OTAN árabe" alineada con Israel, tras la histórica Cumbre del Néguev celebrada en marzo, destinada a promover la cooperación económica y de seguridad entre Israel y sus aliados árabes.
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"Egipto aseguró a Irán durante la reunión que la Cumbre del Néguev no está dirigida contra Irán y que no incluirá ninguna medida militar en su contra. En la reunión se habló de la situación en la Franja de Gaza, de la cuestión siria y de otros expedientes en Oriente Próximo, y se abrió la puerta a las relaciones entre los dos países", añadieron las fuentes.
El hecho de que Mascate sea el lugar de reunión está en consonancia con el enfoque oficial neutral de la política exterior del sultanato, como explicó Ahmed Al-Balushi, periodista especializado en asuntos políticos de Omán, en declaraciones a Media Line: "El sultanato de Omán desempeña un papel equilibrado para acercar posturas. Mascate mantiene buenas relaciones con todos y busca la calma".
Las relaciones entre Teherán y Egipto han sido extenuantes durante las últimas cuatro décadas, en las que se rompieron los lazos diplomáticos en 1980, un año después de la Revolución Islámica de Irán y de la decisión de Egipto de firmar la paz con Israel.
Las relaciones se estrecharon después de la revolución egipcia de 2011, cuando Teherán nombró un embajador en El Cairo, y en 2012, cuando el primer presidente civil democráticamente elegido de Egipto, Mohamed Morsi, asumió el cargo, convirtiéndose en el primer líder egipcio que visitaba Teherán desde la ruptura de las relaciones diplomáticas. Esto se consideró en su momento como un posible cambio en la política exterior de El Cairo.