Con gran entusiasmo y confianza, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió a Oriente Medio la semana pasada con la esperanza de conseguir importantes objetivos que ayuden al Partido Demócrata en las elecciones de mitad de mandato para el Senado y la Cámara de Representantes, previstas para noviembre. Visitó Israel e hizo "importantes" promesas de seguridad al Estado ocupante con el fin de movilizar el apoyo a su partido entre los fuertes grupos de presión pro-israelíes en Washington. También fue a Arabia Saudí y se reunió con el príncipe heredero Mohamed Bin Salman para pedirle al gobernante de facto que impulse la producción de petróleo en un esfuerzo por mejorar el estado de ánimo de los votantes estadounidenses que están sufriendo un aumento sin precedentes de los precios del petróleo.
Biden y el primer ministro israelí, Yair Lapid, firmaron la Declaración de Jerusalén, en la que Estados Unidos se comprometió a proteger a su aliado "estratégico", el Estado de ocupación del apartheid, y prometió hacer el máximo esfuerzo, incluso con la fuerza militar, para evitar que Irán produzca una bomba nuclear.
En la cumbre de Seguridad y Desarrollo de Jeddah, Biden presentó su visión y estrategia para el compromiso de Estados Unidos en Oriente Medio. Dijo que Estados Unidos no se alejaría de la región para dejar un vacío que puedan llenar China y Rusia. Mientras tanto, a puerta cerrada, rogó a Bin Salman que el Reino aumentara su producción diaria de petróleo.
El New York Post dejó muy claros los objetivos de Biden en su gira por Oriente Medio, señalando que "buscaba apuntalar algunas de las alianzas tradicionales de Estados Unidos en Oriente Medio" e "impulsar la producción de petróleo como forma de calmar la inflación galopante que ha machacado sus índices de aprobación en casa".
Esto siempre iba a ser una tarea incómoda, dado que Biden se comprometió durante su campaña electoral a convertir a Arabia Saudí en un Estado "paria" por el asesinato en 2018 del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi. "La preocupación por los precios del petróleo, que están por las nubes, ha obligado a su administración a reconsiderar su promesa de aislar al reino", señala el New York Post.
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Sobre la creación de una alianza de seguridad en Oriente Medio, Reuters comentó: "El comunicado de la cumbre fue vago... y Arabia Saudí, el aliado árabe más importante de Washington, echó agua fría sobre las esperanzas de EE.UU. de que podría ayudar a sentar las bases de una alianza de seguridad regional -incluyendo a Israel- para combatir las amenazas iraníes".
El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal Bin Farhan Al-Saud, afirmó que no tenía conocimiento de ninguna discusión sobre una alianza de defensa entre el Golfo e Israel. Señaló que, de haberse producido tales discusiones, el Reino no habría participado en ningún caso.
Las diferencias entre los Estados árabes y los pocos Estados del Golfo que forman parte del Consejo de Cooperación del Golfo hacen imposible la idea de una alianza de este tipo. Actualmente, los EAU están enviando un embajador a Teherán, cuya "amenaza" percibida está impulsando a Estados Unidos e Israel a formar la llamada "OTAN de Oriente Medio".
La primera visita de Biden a Oriente Medio - Caricatura [Sabaaneh/Monitor de Oriente]
¿Qué hay del aumento de la producción de petróleo de Arabia Saudí? "[Bin Salman] había acordado en una reunión a puerta cerrada aumentar la cantidad de petróleo que bombea, aliviando así los altos precios de la gasolina para los estadounidenses", citaba el New York Post que afirmaba Biden.
Sin embargo, el mismo sitio web de noticias informó de que el príncipe heredero parecía poner en duda la afirmación de Biden. Señaló los comentarios de Bin Salman y otros funcionarios saudíes de que no aumentarían la producción de petróleo sin el acuerdo de los socios del Reino en la OPEP+.
No obstante, Arabia Saudí anunció que aumentaría su producción de petróleo en dos millones de barriles diarios y Biden dijo que los efectos del aumento se sentirían en un tiempo. "Estoy haciendo todo lo posible para aumentar el suministro para Estados Unidos de América, lo que espero que ocurra. Los saudíes comparten esa urgencia. Y basándonos en nuestras discusiones de hoy, espero que veamos más medidas en las próximas semanas".
Sin embargo, Oilprice.com informó de que el esfuerzo por aumentar la producción de petróleo tardará cinco años en completarse.
"Este presidente parece ser incapaz de hacer cualquiera de los trabajos duros que deben hacerse para el pueblo estadounidense", dijo Corbin Trent, cofundador de No Excuses PAC y ex portavoz de la representante Alexandria Ocasio-Cortez.
Incluso la apertura del espacio aéreo saudí a los vuelos israelíes, que Biden describió como un movimiento histórico celebrado por Yair Lapid, no tenía nada que ver con la integración de Israel dentro de la región. Según el ministro de Asuntos Exteriores saudí, la decisión de Riad de abrir su espacio aéreo a todas las compañías aéreas no tenía nada que ver con el establecimiento de lazos diplomáticos con Israel y no era un precursor de otros pasos.
Biden intentó aprovechar su gira por Oriente Medio para reiterar la influencia de Washington en la región, que no está dispuesto a abandonar en favor de China y Rusia. Sin embargo, terminó su gira sin un solo logro importante. Para aumentar su malestar, el viaje ha sido condenado en casa. No han sido unos buenos días para el presidente estadounidense.
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