El líder de la oposición, Rached Ghannouchi, ha sido puesto en libertad tras ser interrogado el martes por un juez de instrucción durante varias horas a raíz de las acusaciones de blanqueo de dinero. El jefe del movimiento islamista Ennahda y presidente del Parlamento, ahora disuelto, compareció ante el juez en el marco de las investigaciones del caso de la Asociación Namaa Tounes.
Ennahda es el más destacado opositor al presidente Kais Saied. Niega cualquier vínculo entre Ghannouchi y la asociación, y acusa a la justicia de fabricar cargos con fines políticos.
Tras su liberación, el fiscal ha pedido que se emita una orden de detención contra Ghannouchi. El anuncio lo hizo un miembro del equipo de defensa de Ghannouchi. Mokhtar Al-Jamai añadió en un breve post en Facebook que el alegato de la defensa seguirá.
Según el vicepresidente del Parlamento, ahora disuelto, Maher Medhioub, más de cincuenta abogados representan a Ghannouchi en este caso. Los bienes del veterano político han sido congelados por el Banco Central de Túnez, al igual que los de los miembros de su familia y nueve coacusados, entre ellos el ex primer ministro Hammadi Jebali. A Ghannouchi y a otros se les ha impuesto también la prohibición de viajar.
Túnez se prepara para un referéndum sobre un nuevo proyecto de constitución el 25 de julio, que el presidente Saied presentó para formular un nuevo sistema de gobierno, otorgándose a sí mismo el poder exclusivo en el país. La mayoría de los partidos de la oposición, incluido Ennahda, lo han boicoteado.
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