Los tunecinos han empezado a votar hoy en un referéndum sobre una nueva constitución que los críticos del presidente Kais Saied temen que desmantele la democracia surgida de una revolución en 2011 al otorgarle un poder casi total, informa Reuters.
La votación se celebra en el primer aniversario de la destitución por parte de Saied de un parlamento elegido, cuando estableció un régimen de emergencia y comenzó a gobernar por decreto.
Los divididos partidos de la oposición tunecina han calificado su actuación como un golpe de Estado que corre el riesgo de devolver a Túnez a la era autocrática de antes de la revolución y de poner el último clavo en el ataúd de las revueltas de la Primavera Árabe de 2011.
Sin embargo, en medio de una crisis económica y un aumento de la penuria, apenas se han producido protestas contra Saied, cuya toma de poder el año pasado fue bien recibida por muchos tunecinos hartos de las disputas políticas y del fracaso del gobierno.
No está claro cuándo se anunciarán los resultados tras el cierre de las urnas a las 21.00 GMT. Pero con el poco entusiasmo aparente por la votación y el boicot de los principales partidos, los analistas esperan un "sí" con una baja participación.
Al iniciarse la votación, poca gente salía a las húmedas calles de la madrugada. Pero en el colegio electoral de la calle Marsella, en el centro de Túnez, Illyes Moujahed era el primero en la fila, diciendo que Saied era la única esperanza.
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"Estoy aquí para salvar a Túnez del colapso. Para salvarla de años de corrupción y fracaso", dijo.
A la salida de un café de la capital, Samir Slimane dijo que no estaba interesado en votar. "No tengo ninguna esperanza de cambio. Kais Saied no cambiará nada. Sólo busca tener todos los poderes", dijo.
Según las normas establecidas por Saied, no se necesita un nivel mínimo de participación entre los 9,2 millones de votantes registrados para aprobar la constitución. Sólo ha estipulado que la constitución entrará en vigor una vez publicados los resultados finales, y no ha dicho qué ocurre si los votantes la rechazan.
Saied ha calificado sus cambios como los cimientos de una nueva república para reconducir la revolución y poner fin a años de esclerosis política y estancamiento económico.