El sistema sanitario de la asediada Franja de Gaza está al borde del colapso, advirtieron el domingo funcionarios palestinos. Lo achacan al actual asedio israelí a los territorios palestinos ocupados, que dura ya 15 años, y al gran número de víctimas de la última ofensiva militar israelí.
Además, por quinto día consecutivo, Israel ha endurecido el cierre de los pasos fronterizos de Gaza por los que entran en el enclave costero alimentos y otros productos básicos, incluido el combustible para la única central eléctrica.
"Las víctimas llegan al hospital cada minuto", dijo el director del complejo médico Al-Shifa, el mayor y principal hospital de Gaza, el doctor Mohammad Abu Selmiyeh. Advirtió que los servicios básicos podrían paralizarse en cualquier momento debido a la falta de medicamentos y equipos médicos básicos, así como a la crisis de electricidad.
Durante el bombardeo israelí de Gaza, que comenzó el viernes hasta que entró en vigor el alto el fuego el domingo por la noche, murieron 44 palestinos, entre ellos 15 niños y cuatro mujeres. Al menos 360 resultaron heridos. El sábado, la central eléctrica dejó de funcionar tras agotarse el combustible.
"La situación es muy crítica", explicó Abu Selmiyeh. Subrayó que es esencial que los pasos fronterizos se reabran con urgencia para permitir que lleguen a la asediada Franja, sometida a un asedio liderado por Israel desde 2007, medicamentos, equipos médicos y productos desechables, así como combustible.
En un llamamiento emitido el domingo por la tarde, el Ministerio de Sanidad de Gaza dijo que sólo tenía capacidad para seguir operando durante 48 horas. Los funcionarios advirtieron que la asistencia sanitaria se detendrá a menos que se permita la entrada de combustible y medicamentos en la Franja de Gaza.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ha advertido que la falta de combustible podría afectar al trabajo de las ambulancias y las plantas de desalinización del territorio.
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