Veinte civiles, entre ellos ocho niños y dos mujeres, murieron en ataques aéreos y de artillería rusos y sirios en el noroeste de Siria en julio, según la Defensa Civil Siria, también conocida como los Cascos Blancos.
El grupo dijo que se registraron 75 ataques durante el mes de julio, que causaron la muerte de 20 civiles y heridas a otros 34, entre ellos 13 niños y cuatro mujeres.
El ataque más violento tuvo lugar el 22 de julio en el pueblo de Al-Jadidah, cerca de la ciudad de Jisr Al-Shughour, cuando un ataque aéreo ruso mató a siete civiles, entre ellos cuatro niños de una familia, e hirió a otros 12, entre ellos ocho niños, según la misma fuente.
El grupo añadió que el mes de julio registró el mayor número de víctimas en lo que va de año, y señaló que el número de accidentes de tráfico, ahogamientos e incendios provocados por las olas de calor también fue elevado.
Los ataques de los aviones de guerra rusos, de la artillería del régimen sirio y de las milicias leales a éste tuvieron como objetivo viviendas civiles, edificios públicos y campamentos de desplazados internos.
Los Cascos Blancos señalaron que sus equipos han respondido a 370 ataques desde el comienzo del año.
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