Las protestas se han extendido por todo el norte de Siria en los últimos días, tras las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores turco en las que insinuaba una posible reconciliación con el régimen sirio de Bashar al-Assad.
En una conferencia de prensa celebrada el jueves, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, anunció que se había reunido con su homólogo sirio, Faisal Mekdad, en una conferencia celebrada en Serbia el pasado mes de octubre, y que los servicios de inteligencia turcos y sirios habían reanudado el contacto entre sí.
Tras esas declaraciones, así como los informes de los medios de comunicación turcos progubernamentales de que el presidente Recep Tayyip Erdogan podría reanudar el contacto y hablar con su homólogo sirio Assad, los manifestantes salieron a las calles de las ciudades y pueblos del norte de Siria -incluidas las principales zonas controladas por Turquía, como Azaz, Jarablus y Al-Bab- para protestar contra la posible reconciliación.
A medida que las protestas estallaban y se extendían el jueves y el viernes, circularon por las redes sociales imágenes de los acontecimientos, incluyendo escenas controvertidas como la quema de una bandera turca en Azaz.
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Burning the #Turkish flag in the city of Azaz in Aleppo, northern #Syria in protest against the statements of Turkish Foreign Minister Cavusoglu, regarding his call for the reconciliation of the Syrian regime with the Syrian opposition.#اعزاز #حلب
— Shilan Chikh Mousa (@SChikhmousa) August 11, 2022
Ese vídeo provocó nuevas tensiones en relación con el descontento de muchos turcos por la presencia de refugiados sirios en Turquía y la desconfianza de muchos sirios por la presencia militar turca en Siria.
Sin embargo, tras el incidente, elementos de la oposición siria respaldada por Turquía condenaron el acto, y la División Sultán Murad habría detenido a los individuos implicados en la quema. Los informes también afirmaban que el grupo había descubierto que los hombres detenidos eran miembros del grupo kurdo Partido de la Unión Democrática (PYD), que Turkiye insiste en que está vinculado al grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Con respecto a las declaraciones de Cavusoglu, la oposición siria ha estado algo dividida, ya que unos 15 grupos de la sociedad civil del norte emitieron declaraciones de condena y las facciones del Ejército Nacional Sirio (ANS), respaldadas por Turquía, han calificado la reconciliación con Assad de "traición" que llevará a "entregar la región al caos y la destrucción".
Mientras tanto, la oposición política oficial siria elogió a Turquía por su papel de apoyo a la revolución siria durante la última década. Desde que el régimen de Assad reprimió brutalmente las protestas pacíficas en toda Siria, allá por 2011, Ankara rompió los lazos con Damasco y se ha mantenido firme en esa postura.
Sin embargo, en los últimos meses han surgido informes sobre una posible reconciliación entre ambos, especialmente debido a la necesidad apremiante de Turquía de encontrar una solución a los millones de refugiados sirios dentro de sus fronteras, así como a la necesidad de alejar a las milicias kurdas de la región fronteriza turco-siria. Para ambos objetivos -sobre todo el último-, Erdogan y su gobierno esperan, al parecer, que el régimen de Assad pueda cooperar y ayudar a esos intereses nacionales turcos.