Estados Unidos se ha declarado "preocupado" por las redadas de Israel en las oficinas de Cisjordania de las ONG palestinas, subrayando que no hay pruebas suficientes para demostrar su designación como organizaciones terroristas.
El jueves, las fuerzas israelíes irrumpieron en Cisjordania y llevaron a cabo redadas en las oficinas de siete ONG, al menos seis de las cuales el Ministerio de Defensa israelí había declarado ilegales el pasado mes de octubre y acusado de tener vínculos con el "terrorismo", concretamente con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).
Las ONG eran Addameer, Al-Haq, el Centro Bisan para la Investigación y el Desarrollo, Defensa de los Niños Internacional-Palestina, la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, la Unión de Comités de Trabajo Agrícola y la Unión de Comités de Trabajo Sanitario, que negaron las acusaciones de Tel Aviv.
En una rueda de prensa celebrada el mismo día, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, declaró que "nos preocupa el cierre por parte de las fuerzas de seguridad israelíes de las seis oficinas de las ONG palestinas en Ramala y sus alrededores en el día de hoy".
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Sin embargo, la información que Israel sólo facilitó a un número limitado de personas -como funcionarios de Estados Unidos y la UE- no resultó suficiente para justificar el asalto a las oficinas de las ONG y su cierre. "A lo largo de nuestro examen de esta información, no hemos cambiado nuestra posición ni nuestro enfoque sobre estas organizaciones en particular", dijo Price.
"Diferentes partes pueden leer la información de manera diferente, pueden percibir las amenazas de manera diferente", dijo. "Vamos a seguir revisando cualquier información que se nos proporcione". El secretario de Estado subrayó que Estados Unidos "ha transmitido el mensaje de que debe haber un listón muy alto para actuar contra las organizaciones de la sociedad civil. Nuestros socios israelíes, a su vez, nos han transmitido que han cumplido ese listón tan alto".
Price subrayó además la necesidad de mantener y preservar las organizaciones independientes de la sociedad civil en Cisjordania e Israel, afirmando que "deben poder continuar con su importante labor. La sociedad civil es un elemento integral de las democracias prósperas en el mundo".
A pesar de que Washington expresó su preocupación por las redadas y reconoció la falta de pruebas, no llegó a condenar las acciones de Israel, a diferencia de la oficina de Derechos Humanos de la ONU y de la UE, que insistió en que "seguirá defendiendo el derecho internacional y apoyando [a las organizaciones de la sociedad civil] que tienen un papel que desempeñar en la promoción del derecho internacional, los derechos humanos y los valores democráticos".