Al parecer, Omán se ha negado a abrir su espacio aéreo a los vuelos comerciales israelíes debido a la presión ejercida por Irán, a pesar de que otros Estados del Golfo han abierto el suyo en medio de unas relaciones más cálidas con Tel Aviv.
Según un informe del periódico Israel Hayom del jueves, Omán decidió mantener su espacio aéreo cerrado a los vuelos israelíes, una semana después de que la directora ejecutiva de la compañía aérea israelí El Al -Dina Ben-Tal- dijera que Tel Aviv recibiría el permiso oficial de Mascate para utilizar su espacio aéreo.
Esta medida se esperaba después de que Arabia Saudí diera permiso a la compañía nacional para sobrevolar su espacio aéreo, con el fin de permitir que los vuelos pasen directamente sobre la región del Golfo en ruta hacia destinos como India y Tailandia. "No se trata sólo de Arabia Saudí. Necesitamos que se apruebe la ruta completa", dijo entonces Ben-Tal.
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Aunque el informe no ha sido confirmado oficialmente por las autoridades omaníes ni por las israelíes, la decisión de Mascate de mantener su espacio aéreo cerrado a los vuelos israelíes sería el principal obstáculo que impide los planes de Tel Aviv de utilizar su corredor de vuelo previsto sobre el Golfo para ahorrar tiempo y combustible. En su lugar, las compañías aéreas tendrán que seguir pasando sobre el Mar Rojo y alrededor de la región del Golfo durante los vuelos.
El informe del periódico israelí sobre la aparente decisión de Omán se produjo el mismo día en que los ministros de Asuntos Exteriores de Omán e Irán mantuvieron una llamada telefónica para discutir las relaciones bilaterales y los asuntos regionales.
Si Mascate tomó efectivamente esa decisión, la razón principal -aparte de su insistencia pública en que no normalizará los lazos con Israel hasta que se conceda a los palestinos un Estado independiente- sería probablemente sus importantes relaciones con Teherán y su cautela para no ponerlas en peligro.
A pesar de la actitud cálida del sultanato hacia Israel y de sus esfuerzos por establecer relaciones -aunque no declaradas- con él en los últimos años, el objetivo probable de Omán es mantener su estatus de actor neutral y mediador en la región en lugar de adversario.