Estados Unidos reiteró la responsabilidad del régimen sirio en el ataque químico en Ghouta Oriental, que mató a más de 1.400 civiles, muchos de ellos niños.
Washington exigió que el régimen de Assad declare y destruya por completo su programa de armas químicas, de acuerdo con sus obligaciones internacionales, y que permita que el equipo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) entre en el país para llevar a cabo una evaluación de la situación en Siria, además de resolver todas las preocupaciones restantes sobre el programa de armas químicas del régimen.
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ted Price, dijo en un comunicado publicado ayer para conmemorar el ataque: "Hace nueve años, a primera hora de la mañana del 21 de agosto de 2013, el régimen de Assad liberó el agente nervioso sarín sobre civiles sirios en el distrito de Ghouta, en Damasco, matando a más de 1.400 personas, muchas de ellas niños."
"Hoy recordamos con continuo horror este trágico suceso y nos comprometemos de nuevo a que los autores rindan cuentas", añadió.
"Estados Unidos recuerda y honra a las víctimas y a los supervivientes del ataque de Ghouta y de los muchos otros ataques químicos que evaluamos que ha lanzado el régimen de Assad."
Price también dijo que "Estados Unidos apoya firmemente los esfuerzos internacionales y liderados por Siria para buscar justicia por las innumerables atrocidades cometidas contra el pueblo de Siria, algunas de las cuales se elevan al nivel de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. También reafirmamos nuestro apoyo a una resolución política inclusiva del conflicto sirio en línea con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU."
"Condenamos en los términos más enérgicos cualquier uso de armas químicas en cualquier lugar, por cualquier persona, bajo cualquier circunstancia. No puede haber impunidad para quienes utilizan armas químicas; Estados Unidos utiliza todas las herramientas disponibles para promover la rendición de cuentas por esos ataques", dijo Price.
El noveno aniversario de la masacre, que transcurrió sin castigo, llega después de que los partidos árabes regionales anunciaran su intención de normalizar sus relaciones con el régimen sirio. Esto decepcionó a la mayoría de la oposición siria, en medio de acusaciones de que el mundo está guardando silencio ante una de las mayores masacres de la historia moderna.