Ayer estallaron enfrentamientos en la capital libia, Trípoli, entre las fuerzas que luchan por los primeros ministros rivales, en medio de la disminución de las esperanzas de unas elecciones y el deterioro de la crisis política en el país.
Según los medios de comunicación locales, fuentes militares confirmaron que a lo largo de la noche se produjeron intensos combates entre las milicias rivales y las fuerzas armadas en torno a los edificios del gobierno y las zonas más destacadas de la ciudad, que incluyeron el uso de bombardeos de artillería pesada. Hasta el momento, al menos siete personas habrían muerto en los enfrentamientos.
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— ليبيا لحظة بلحظة (@3dhzn) August 27, 2022
Los enfrentamientos se produjeron después de que las milicias alineadas con el Gobierno de Unidad Nacional (GUN) establecieran defensas en las zonas que rodean Trípoli, incluido el cierre de carreteras hasta 160 kilómetros al este, cerca de la ciudad de Zliten, en un intento de impedir que las fuerzas leales al candidato a primer ministro por el este, Fathi Bashagha, llegaran a la capital.
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El intento de Bashagha de tomar Trípoli por la fuerza se produce después de meses de tensiones con el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, con base en Occidente, que ha actuado como primer ministro interino del nuevo gobierno libio unificado que se estableció el año pasado después de que las fuerzas orientales fracasaran en su intento de capturar la capital occidental el año anterior.
Después de que las elecciones del país -fijadas para el pasado mes de diciembre- no se celebraran debido a los desacuerdos entre las dos partes, el parlamento nacional de la ciudad oriental de Tobruk nombró a Bashagha como nuevo primer ministro. Sin embargo, Dbeibah se ha negado repetidamente a renunciar a su cargo, insistiendo en que sólo dejará el cargo cuando se elija adecuadamente a un candidato.
En los últimos meses, las milicias alineadas con Bashagha han intentado entrar en Trípoli, sin éxito. Hasta ahora, el primer ministro oriental ha afirmado que sólo entraría en la ciudad por la ley y no por la fuerza. Sin embargo, estas tensiones alcanzaron su punto álgido esta semana, cuando Bashagha reiteró su llamamiento a Dbeibah para que dimitiera y amenazó con entrar en la capital por la fuerza.
Los enfrentamientos han reavivado los temores de una nueva guerra civil en Libia, tras un breve y frágil periodo de calma en el país. La situación se produce a pesar de los esfuerzos del embajador de EE.UU. en Libia, Richard Norland, por reducir las tensiones, habiéndose reunido ayer con representantes del parlamento del este del país y discutiendo "el mantenimiento de la calma hasta que los libios elijan a sus dirigentes mediante elecciones".